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domingo,
10 de
julio de
2005 |
Terror en Londres. Más de mil agentes y técnicos en criminalística examinan pistas entre los escombros
La búsqueda de una aguja en el pajar
Procuran dar con los terroristas a través de grabaciones y casi un millón de boletos de tren
Joerg Berendsmeier
Londres. - "Será la investigación más grande, intensiva y precisa en la historia de la policía británica", citaba el Daily Mirror a una fuente de Scotland Yard. Según las informaciones, más de mil agentes de la policía londinense y de otros servicios de seguridad buscan a los terroristas responsables de los atentados con bomba que el jueves acabaron con la vida de más de 50 personas. Las esperanzas recaen sobre todo en los técnicos criminalistas que buscan entre los más pequeños escombros pistas que permitan identificar a los posibles autores.
Para informaciones acerca de los atentados casi cualquier fuente es buena. Entre el material figuran casi un millón de billetes de tren que la policía ha puesto a buen recaudo. Serán examinados para encontrar las huellas dactilares de los posibles terroristas en su llegada a Londres.
Otros investigadores estudiarán durante varios cientos de horas las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en las estaciones del metro de Londres y en las concurridas plazas de la ciudad. "Los terroristas con toda seguridad fueron grabados por las cámaras durante su camino hacia el metro o de regreso. Como no iban encapuchados podremos obtener muy buenas imágenes de ellos, mediante las cuales podrán ser identificados", señaló Andy Hayman, de la policía de Londres.
Los técnicos criminalistas ya pusieron a buen recaudo sacos y más sacos de posibles pruebas en los lugares de los atentados, informa el Times. "Hasta el momento ya hemos reunido una tonelada de material que debemos examinar", dijo un portavoz de Scotland Yard en declaraciones al rotativo. "Lo que necesitamos es ese primer punto de referencia práctico para poder empezar a recomponer el puzzle (rompecabezas)".
A partir de los trozos más pequeños se puede descubrir mediante exámenes químicos o tecnogenéticos qué tipo de bombas o explosivos y detonadores utilizaron los terroristas. Entre las pruebas hay por ejemplo metralla del autobús que fue volado y que quedó incrustada en las paredes de las casas situadas a varios metros del lugar del atentado. Pero también la piel y la ropa de las víctimas son pruebas. "Me temo que realmente hay que poner a buen recaudo todo lo que podamos encontrar", dijo un investigador.
El sello del fabricante
Cada bomba lleva la firma de su fabricante, por lo que ahora la policía británica ha pedido a sus colegas de toda Europa que le facilite los documentos sobre los atentados más recientes, con el fin de comparar estas informaciones con sus propios resultados. También los restos de las mochilas en las que probablemente iban ocultas las bombas encabezan la lista de los objetos más buscados para desenmascarar a los terroristas, por ejemplo descubriendo su lugar de procedencia.
Sin embargo, la búsqueda de la aguja en el pajar llevará varias semanas, por lo que los expertos advierten en contra de esperar que las investigaciones concluyan con éxito rápidamente. "La técnica criminalista se ha desarrollado enormemente en los últimos diez años. Ahora podemos obtener respuestas también de huellas microscópicas, pero no se trata de un proceso rápido", dice el experto criminalista británico Peter Yapp. Su esperanza y la de los investigadores es la siguiente: "A veces los terroristas cometen un error y dejan un minúsculo indicio, a pesar de creer que pensaron en todo para borrar sus huellas". (DPA)
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