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domingo,
10 de
julio de
2005 |
Cobardía y traición de los
cascos azules holandeses
"Sólo hay una palabra para el comportamiento de los soldados holandeses en Srebrenica: cobardía", asegura un corresponsal de guerra que estuvo en Bosnia cuando se produjo la masacre. Raymond van den Boogard afirma que sus compatriotas habían perdido toda voluntad de combatir. Las familias de las víctimas de la masacre de musulmanes por parte de los serbios aún llevan adelante un juicio ante la Justicia holandesa por la ausencia de protección prestada por los 400 hombres del batallón Dutchbat enviados por la ONU y que en teoría custodiaban la ciudad y la entregaron a los serbios sin combatir. Numerosas publicaciones han vuelto a imprimir estos días la famosa foto en la que el comandante del Dutchbat, el coronel Ton Karremans, brinda con el general serbobosnio Ratko Mladic en Srebrenica el 12 de julio de 1995, un día después de que los holandeses rindieran sus posiciones y un día antes de que comenzaran las matanzas de forma masiva.
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