Año CXXXVIII Nº 48805
La Ciudad
Política
El Mundo
Opinión
Información Gral
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Mujer
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Educación 09/07
Salud 06/07
Autos 06/07
Estilo 02/07
Día de la bandera 20/06

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 10 de julio de 2005  
Acné
Constancia y paciencia

La relación entre conflicto y enfermedades es compleja, y no poder mostrar la cara o el cuerpo, buscar qué maquillaje pueda cubrir "ese grano horrible" o quedarse los fines de semana en casa, son síntomas de una enfermedad que se llama acné pero que los dermatólogos tienen armas para curarla.

Si bien muchos lo consideran como un padecimiento de los adolescentes, también puede surgir a cualquier edad y por distintos motivos, por eso, si aparece después de los 30 años o persiste finalizada esa etapa se deberán profundizar los estudios para encontrar la causa de la persistencia o aparición.

El acné que se ve más frecuentemente es el que se inicia entre los 14 y 20 años y es cuando el paciente deberá realizar un buen tratamiento y tener constancia y paciencia, aceptando que lo padecerá hasta que finalice su desarrollo evitando de esa manera que queden marcas en el futuro. El del adolescente está íntimamente relacionado con el desarrollo sexual. Esos pequeños adultos que van creciendo pero que aún son chicos, comienzan a partir de los 13 ó 14 años a ver que sus cuerpos cambian, y muchas veces, los cambios se asocian a gratitud en el pelo, caspa o acné.

En la mayoría de los casos existe una herencia familiar: si hubo padres con acné y seborrea, los hijos tendrán mayor predisposición lo que explica por qué algunas personas tienen granos y otras no. Esta afección tiene períodos buenos y malos, por ejemplo, en la mujer empeora cuando está por ovular o menstruar, y en ambos sexos puede agravarse en épocas de examen o luego de emociones fuertes (está demostrada la incidencia del estrés sobre el acné).

Los alimentos en general no tienen relación, aunque la ingesta en exceso de los que contienen mucha vitamina B como cereales, pan de salvado, brotes de soja, arroz integral, entre otros, pueden agravar el cuadro lo que no quiere decir que hay que hacer una dieta rigurosa. Al acné los dermatólogos los clasificamos en leve, moderado o severo, y a cada uno se lo tratará de manera adecuada.

Debe evitarse la automedicación o los tratamientos indicados por no dermatólogos que en muchos casos recetan cremas con corticoides solas, o asociadas con antibióticos que con el tiempo van a producir atrofia de la piel y otros daños más severos que pueden ser irreversibles, además de agravar la enfermedad.

Tanto los que abusan de los complejos vitamínicos B para mejorar su cuerpo o para tener más energía, como aquellos que deben recibir tratamientos con corticoides pueden empeorar su cuadro de acné o ver que aparece en el cuerpo alguna reacción provocada por esos medicamentos que una vez suspendidos desaparece sin dejar secuelas.

También las mujeres que abusan de cosméticos, cremas, maquillajes o bronceadores muy aceitosos tienen mayor posibilidad de que se agrave o que aparezca el llamado "acné cosmético". En algunas ocasiones los que lo sufren llegan a lastimarse la cara generando una autoagresión (este fenómeno se llama"acne escoriado") donde el obstáculo es la resistencia del paciente para reconocer que sus sentimientos dañan la piel y no el acné.

Cada caso es distinto y el dermatólogo deberá tratar cada uno en particular, pero el éxito terapeútico dependerá de la paciencia y la constancia del paciente. Los adolescentes deberán tratarlo hasta que la piel no lo produzca más para evitar marcas en la cara o en el cuerpo.

Ramón A. Fernández Bussy

Dermatólogo
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados