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domingo,
10 de
julio de
2005 |
Recrean el Via Crucis con Pizarro y Cavallo
Un artista de Junín de los Andes exhibe una versión del calvario de Jesús adaptada a la historia americana
Jesús yace tirado en el Gólgota, mientras el conquistador Francisco Pizarro lo clava a la cruz y el general Julio Argentino Roca lo despoja de sus ropas, en una de las 18 estaciones del Via Christi, que recrea la vida del hijo de Dios, en el Cerro de la Cruz, de la ciudad neuquina de Junín de los Andes.
La obra, que originalmente sería un típico Via Crucis, se convirtió en una experiencia artístico-religiosa que se extendió a otros momentos de la vida de Jesús en su contacto con los hombres, y se la relacionó con situaciones y personajes contemporáneos, como los mencionados.
En el recorrido, que incluye esculturas y relieves, aparecen niños desnutridos, escenas y referencias a la Campaña al Desierto, el armamentismo y algunos famosos como Gandhi o un fariseo con la cara de Domingo Cavallo.
En estas esculturas de aproximadamente el doble del tamaño natural, un Jesús de rasgos criollos y gesto dulce y apacible es rodeado también de rostros típicos de la zona, la mayoría aindiados y en muchos casos conocidos por los vecinos porque fueron tomados de modelos reales.
El escultor Alejandro Santana, director de la iniciativa, dijo que "si Dios se hizo hombre, lo hizo en una cultura determinada, y si esto ha pasado quiere decir que cada cultura puede también reinterpretar, redescribir y remodelar el misterio de su presencia para acercarnos más al misterio de nuestra propia realidad".
En la primera estación, en la que están Jesús, María, José y los Reyes Magos, uno de éstos "es don Castro, un hombre de este pueblo, muy querido y conocido, seguramente será de ascendencia española, aunque otros tienen rostros mapuches, otros mestizos, etcétera", añadió.
En la estación en la que Jesús lava los pies a sus amigos, "con esta idea de la unión de las culturas se propuso como modelo a la abuela Rosa Cañicul, que es del pueblo mapuche de Cullán Cullán", comentó Santana.
"La mujer -dijo- es como la sacerdotisa, la pillen cuyen, ella estuvo de acuerdo en modelar, pero en realidad venía y cebaba mate y nosotros esculpíamos".
El escultor recordó que cuando se inauguró esta estación "vinieron siete comunidades de los alrededores e hicieron una rogativa para pedirle permiso a Dios para que Rosa esté en esta imagen, y recién después de eso se hizo la inauguración".
La novena estación recuerda que Pilatos ordenó a los soldados que tomaran a Jesús y lo flagelaran, y Santana eligió como tema "uno de los flagelos de la humanidad: la carrera armamentista", por lo que el hijo de Dios aparece atado a un misil, mientras una mano que sale de la tierra lo azota.
En la imagen hay tres manos, una que ordena, otra que obedece y castiga, "en referencia a la obediencia debida", señala el autor, y una tercera que pide piedad.
La imagen del despojo de prendas por parte de Roca y Pizarro a un Cristo indígena, sin barba, recuerda que los soldados "se repartieron sus ropas en cuatro partes iguales", según el Evangelio. "Eso ha sido para nosotros la conquista del desierto, el despojo de una cultura riquísima", comentó el escultor.
En este sentido sobresale el relieve "Jesús es traicionado", donde un Judas a caballo lo mata de un balazo. Un texto recuerda que el 12 de mayo de 1879, el coronel Napoleón Uriburu traicionó la ley 947 que establecía un territorio para los indígenas, cruzó el límite y comenzó la matanza de mapuches.
Otra escena significativa es la de Jesús que carga con la cruz, conformada por esculturas de niños pobres, desnutridos y de aspecto desprotegido o muertos.
Sobre la muestra en general, Santana dijo que "la idea es agregar más personajes, de la misma manera que se van agregando imágenes al pesebre, y posiblemente se llegue a las 22 estaciones".
La obra comenzó en enero de 2000 en el taller del escultor y en diciembre de ese año en el cerro, y tuvo ocho inauguraciones, la última en diciembre de 2004.
Las esculturas, bases, relieves y otras formas plásticas se hicieron con unas 100 toneladas de cemento, 600 metros cuadrados de piedra laja y unos 750 metros cúbicos (50 camionadas) de piedras y escombros. (Télam)
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