Los estrenos bajo la lupa de Escenario

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"Madagascar"
Calificación: 3 estrellas. Voces: B. Stiller y C. Rock. Dirección: E. Darnell y T. McGrath. Género: Animación. Duración: 85 minutos. Salas: Del Siglo, El Cairo, Monumental, Showcase y Village.

La cebra Marty y el león Alex son grandes amigos en el zoológico de Nueva York. Tienen miradas diferentes sobre la vida y el cautiverio pero eso no les impide compartir la mayor parte de su tiempo. Forman, junto al hipopótamo Gloria y la jirafa Melman, un cuarteto que de pronto se ve envuelto en una aventura que ninguno había imaginado. Marty siempre quiso conocer la jungla. Cuando ve que los pingüinos del zoológico se escapan por un túnel, cree que le bastará apenas un puñado de horas para ir hasta la selva y volver a su espacio antes de que nadie se dé cuenta. Al advertir la fuga, sus amigos salen a buscarlo y son todos atrapados por la policía. Reenviados por los ecologistas a Africa, no llegan a destino y naufragan en Madagascar. Allí la película gana en ritmo y credibilidad. Aunque reiterada, la idea de la pareja antagónica funciona, pero los que se llevan el premio del público son los pingüinos, con su parodia del estilo militar y su locura con método y egoísmo, aunque a veces con un toque de altruismo.

F.T.


"Herbie a toda marcha"
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: L. Lohan y M. Keaton. Dirección: Angela Robinson. Género: Aventura. Duración: 101 minutos. Salas: Del Siglo, Monumental, Showcase y Village.

La nueva versión de "Cupido motorizado" consigue su objetivo: el auto se hace simpático y deja una sonrisa para todos. Lindsay Lohan cumple con su papel de chica agradable y Matt Dillon ("La ley de la calle" y "Loco por Mary") vuelve a mostrar que tiene talento para ser villano de comedias. La acción comienza cuando el personaje de Lohan recibe como regalo de su padre un viejo Volkswagen elegido en un desarmadero. El coche tiene magia y la chica entra en sintonía con él, pero las tentaciones de los autos lujosos y del ascenso rápido en el mundo de las carreras la descolocan y la llevan a traicionar al Volkswagen, que responde, como en la primera versión, al nombre de Herbie. "Herbie a toda marcha" tiene el encanto para los mayores de aquellas comedias respetables que se pasaban por televisión los domingos a la tarde. Para los más pequeños, el filme ofrece la gracia de un cuento bien relatado con decorosas actuaciones.

F.T.


"Winnie Pooh y el pequeño efelante"
Calificación: 3 estrellas. Voces: J. Cummings y K. Stanger. Dirección: Frank Nissen. Género: Animación. Duración: 68 minutos. Salas: Del Siglo, Monumental, Showcase y Village.

El mundo de los estudios Disney busca captar a los chicos más pequeños y nuevamente lo logra, apelando a los personajes que viven en el Bosque de los 100 Acres, liderados por el oso Winnie Pooh. El heterogéneo grupo de animalitos integrado por Tigger, Winnie Pooh, el cerdito Piglet, el burro Igor, Conejo y el cangurito Roo deben resolver el misterio de un ruido ensordecedor que indica que el amado bosque en el que se refugian está siendo invadido por un ser extraño. El pequeño Roo es dejado de lado por sus amigos en esta aventura y como ocurre habitualmente en esta saga (ver el último filme protagonizado por Pigglet) se convertirá en el héroe que entablará un divertida relación al buscar por su cuenta a un juguetón "efelante" llamado Lumpy, que desdice todas la leyendas siniestras que circulan en el bosque donde los personajes hacen su vida, entretenida para los más chicos.

U.G.M.


"El hijo de la máscara"
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: J. Kennedy y T. Howard. Dirección: Lawrence Guterman. Duración: 95 minutos. Salas: Del Siglo, Monumental, Showcase y Village.

Basada en su mayor parte en eficaces efectos especiales, "El hijo de la máscara" tiene como eje el poder de una extraña máscara. El filme llega varios años después de la película "La máscara" que protagonizó Jim Carrey, pero no difiere demasiado de lo que ocurría en aquella oportunidad. El efecto del curioso objeto es el mismo, sólo que en este caso su poder se proyecta no sólo a quien la usa. También se reiteran las características del personaje central. Como ocurría con el filme original -para el cual su director se inspiró en un popular comic- aquí el protagonista tampoco tiene una vida demasiado exitosa. La novedad es que el poder se hace extensivo no sólo a la vida personal y profesional de su nuevo dueño, a quien le llega el éxito junto con la paternidad, sino también a la de su pequeño hijo y hasta el perro de la casa se contagia de las transformaciones que provoca la máscara a un ritmo constante, lo cual no es suficiente para un tema conocido.

R. B.


"La caída"
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: B. Ganz y A. Lara. Dirección: Oliver Hirschbiegel. Género: drama. Duración: 156 minutos. Salas: Del Patio, Showcase y Village.

"La caída", quizá más que otros filmes, es una película que revela distintas capas si se la ve más de una vez. En una primera visión, el sabor de la caricatura impide, al menos para quien esto escribe, apreciar aspectos de mucho interés. En esa primera visión, Hitler es apenas un muñeco gesticulante y gritón, con una mano temblorosa que no representa la seguridad y el salvajismo con que atentó contra la humanidad. En una segunda apreciación, surge otro hilo conductor: la banalidad del odio. Es decir, mostrar que no hizo falta una persona inteligente y preparada para llevar adelante un holocausto estrictamente planificado. La hipótesis es que el horror se puede gestar desde lo más común, desde una mente de fantoche, por caso. Entonces, si Hitler grita y balbucea no es sólo porque comienza a advertir su derrota sino porque antes, en el apogeo de su locura (por llamar a ese enigma que es Hitler con un nombre suave), también debe haber gesticulado y balbuceado. Nunca fue distinto, es lo que sugiere esta segunda visión del filme. En ese sentido, la película "La caída" levanta su valor. Lo que permanece invariable es la falla en el impacto de las diferentes historias que se dan cita en la película (la de la secretaria, la del médico, la del niño nacionalsocialista). La función de esas historias es equilibrar y potenciar el relato, pero lo que hacen es quitarle peso al drama central, al retrato del monstruo que estuvo a punto de dominar el mundo. La subhistoria del matrimonio Goebbels logra, en cambio, sumar al cuadro del horror que el filme va trazando. La dosificada crueldad de los Goebbels es el perfecto ejemplo de un régimen que destruyó las ideas de humanidad que hasta entonces se habían construido, y cuyo eco aún espanta.

F.T.