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 domingo, 10 de julio de 2005  
Terrorismo e imágenes

El jueves pasado tuvimos una nueva y tremenda angustia al ser sometidas nuestras retinas a las imágenes que la televisión mundial acercaba sobre el atentado terrorista acaecido en la ciudad de Londres, con docenas de muertos y centenares de heridos. Ante tamaña ola de agresividad inhumana mundial, pienso que vale la pena hacer un estudio un poco más profundo de las causas que mueven al terrorismo, que es siempre repudiable, por cuanto las personas que sufren sus consecuencias no querían morir ni era su momento biológico para la muerte. Y deberemos iniciar estas pocas líneas definiendo el significado de terror, pero no sólo viendo el tercio superior que asoma a la observación no crítica de ese iceberg, sino tratando de investigar un poco más los dos tercios que están debajo del agua y que no son vistos ni analizados por los medios de comunicación, que piensan que las imágenes venden más que el análisis de las causas reales de los actos de terror. En los diccionarios esta palabra se define simplemente como pavor, miedo profundo que lleva al pánico y algunos adjetivos más. En este momento de la evolución de la humanidad, el terrorismo se atribuye a aquel acto producido de manera indiscriminada sobre personas o cosas que no están en un estado de guerra —donde la muerte del otro hasta es calificada como normal si se siguen ciertas reglas en el campo de batalla—. Lo que en una parte es terrorismo, la misma acción hecha por un país poderoso es en defensa de la “libertad”. Los que hoy atentan contra la vida en muchas partes del mundo antes fueron aliados, como es el caso de Bin Laden y Saddam Hussein, del padre de George Bush, presidente de los Estados Unidos. El asesino terrorista Bin Laden antes era un buen socio petrolero de USA al igual que Saddam, armado por la misma potencia para luchar contra Irán. Nuestras dictaduras militares, que hicieron desaparecer miles de personas de manera terrorífica en América Latina, fueron apoyadas por el actual imperio. Hasta acá lo provocado por las armas y que crea imágenes televisivas que dañan los sentidos de quien siente que la vida humana es un bien preciado. Pero también son actos de terror aquellas políticas de depredación de países dominados mediante las armas o el poderío económico, donde los niños mueren por cientos de millones de hambre o enfermedades curables. Todo el terrorismo debe ser condenado pero viendo siempre la totalidad del iceberg de manera crítica.

Doctor Efrain Hutt

LE 5.782.938


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