Los Chicos del Pueblo. Cerraron en Buenos Aires una movilziación que comenzó hace once días en Tucumán

Multitudinaria marcha de niños para exigir la erradicación del hambre

Con el apoyo de organizaciones sociales y sindicales, pidieron trabajo para los adultos y dejar de revolver la basura

Unas 20 mil personas, entre niños y adultos, se concentraron ayer en Plaza de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, para cerrar la marcha del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, que partió hace once días de Tucumán para exigir la erradicación del hambre infantil.

Los niños amanecieron en Moreno, provincia de Buenos Aires, y a las 12.20 del mediodía cortaron avenida Rivadavia y Jujuy, donde se plegaron varios gremios que integran la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y movimientos populares que los acompañaron hasta Plaza de Mayo.

Una hilera de adultos con los brazos entrelazados y pecheras de la CTA abrió la columna central, con la bandera del Movimiento y cordones que impedían que personas ajenas se infiltraran, y unos metros detrás marcharon los niños.

Durante la marcha, que provocó innumerables problemas en el desplazamiento del tránsito porteño, los niños llevaron bombos, narices de payaso, carteles de colores, trajes de murga, zancos y malabares. Unos muñecos gigantes, montados sobre los hombros de los coordinadores, y una locomotora de tren, que los acompaña desde la primera marcha hace cuatro años, les abrieron paso.

En el Congreso de la Nación se sumaron las columnas de los maestros, agrupados en la Confederación de los Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) y otros gremios.


"El hambre es un crimen"
En avenida de Mayo y 9 de Julio se detuvieron por última vez y caminaron hasta la histórica plaza, donde a las 14.20 se concentraron cerca de 20 mil personas, según calcularon los organizadores.

A espaldas de la Casa Rosada, los coordinadores del Movimiento instalaron un escenario al que los chicos subieron para decir que "el hambre es un crimen, que hay que detener sí o sí" y que no puede tolerarse en un país rico en alimentos.

"O nos dan lo que los niños, nuestros hijos, quieren, o con ternura, paso a paso, venceremos", afirmó el coordinador del Movimiento, Alberto Morlachetti, único orador entre los adultos de la marcha.

"Alguna vez ser niño, en esta Argentina, fue un privilegio que hemos perdido en dictaduras militares", continuó Morlachetti, y agregó que "los 30 mil compañeros que hoy no están acá, con nosotros, tenían sueños y utopías".

"Si ellos estuvieran en la Casa Rosada, no habría un solo chico en la calle", dijo Morlachetti, y la plaza se llenó de aplausos.

Los "chicos del pueblo", identificados con unas pecheras azules, subieron y bajaron del escenario varias veces, leyeron algunos mensajes y compartieron unas trenzas de pan, un símbolo "para que el pan no falte en ninguna mesa", dijeron.

"Marchamos para que nuestros papás tengan trabajo y porque hay pibes que no pueden hablar y porque en Argentina hay millones de chicos pobres", afirmó Pablo, de 9 años.

Nadia, de 12, también integró la caravana desde Tucumán y dijo que en las provincias del norte -los niños estuvieron en Tucumán, Catamarca, La Rioja, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y provincia de Buenos Aires-, "hay muchos chicos descalzos".

"Vi nenes sin zapatillas, y vi que hay muchos que tienen hambre y nosotros marchamos para que los chicos puedan comer y no revuelvan la basura", dijo Nadia.

Es la tercera vez desde 2001 que el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo marcha a Plaza de Mayo para reclamar la efectivización de los derechos del niño, empleo para los adultos, el fin de la pobreza y del hambre y "una infancia digna".

El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, presente en el acto, dijo que "una democracia no debe basarse en el hambre". La marcha, consideró, "es un llamado de atención a la sociedad y al gobierno argentino: una sociedad que no piensa en sus hijos perdió el objetivo y el sentido de la vida". (DPA y Télam)

Unas 20 mil personas se movilizaron por el centro de Buenos Aires.