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| martes,
28 de
junio de
2005 |
Confirman condena a pareja que asesinó a hijo de diplomático
Buenos Aires- La Cámara Nacional de Casación Penal confirmó las condenas a prisión perpetua a una joven de 20 años y su pareja, de 22, quienes con fines de robo mataron a palazos y puñaladas al hijo de un diplomático, de quien eran amigos.
Fuentes judiciales señalaron a Télam que de esa manera, el máximo tribunal en materia penal de la Nación, confirmó la condena que alcanzó a María Estela Acosta y Antonio Fabián Cardozo, a quienes se responsabilizó por el crimen de Jorge Riccombeni Pérez Zabala.
La víctima -de 23 años al momento de los hechos y que era hijo de Jorge Luis Riccombeni, cónsul argentino en Suecia-, fue asesinada en la madrugada del 2 de agosto de 2002, en el departamento que habitaba en el quinto piso del edificio de Cabello 3142, del Barrio Norte de la Capital Federal.
La sentencia, ahora ratificada por la Cámara de Casación, la dictó el Tribunal Oral en lo Criminal 9 cuyos integrantes consideraron a la pareja autora del delito de "robo con armas en concurso ideal con homicidio calificado por su conexión final con aquél".
Durante un extenso juicio oral y público los magistrados recrearon lo ocurrido aquella madrugada en el interior de una coqueta finca porteña donde varios amigos de la víctima se habían reunido espontáneamente para tomar algo y llegó la pareja con el fin de cometer el crimen.
Como había varios amigos de la víctima en el departamento escuchando música y fumando marihuana, la muchacha fingió no sentirse bien y se acostó en un sillón del living donde la acompañó su amante, a la espera que el resto de los jóvenes se retirara y pudieran quedar solos con el dueño de casa.
Al creer que la pareja se iría a la mañana siguiente, el hijo del diplomático se durmió sin imaginarse que jamás volvería a despertar ya que Acosta y Cardozo lo atacaron y le partieron en la cabeza el palo de amasar antes de apuñalarlo.
Tras el "homicidio para lograr impunidad" la pareja bajó las persianas del departamento y comenzó a desvalijar la morada llevándose electrodomésticos, camperas y otros objetos de valor, entre ellos un cotizado reloj Rolex, propiedad del padre de la víctima, tras lo cual tomaron las llaves y se retiraron.
Después viajaron a la provincia de Misiones y, una vez que prepararon la coartada (consistente en incriminar a otro conocido de Riccombeni), regresaron y dieron su versión a la policía imputándole el crimen a Juan Cruz Furtiva quien, a su vez, había intentado extorsionar a la víctima pero que no tenía nada que ver con el homicidio. (Télam)
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