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 martes, 28 de junio de 2005  
Se llevaron bombas inyectoras y compresores de un local de Villa Gobernador Gálvez
Roban 25 mil pesos en repuestos de un taller de rectificación de camiones
Los damnificados cargaron contra la empresa de alarmas: "Se activó tres veces y no avisaron a la policía"

El local de venta de repuestos de un taller de rectificación de camiones de Villa Gobernador Gálvez fue asaltado ayer a la madrugada por delincuentes que se llevaron al menos 25 mil pesos en mercadería. Los maleantes rompieron un alambrado y un vidrio para entrar al comercio y aparentemente hicieron su trabajo con tranquilidad, a pesar del ulular de la alarma: es que, según denunciaron los damnificados, la empresa a cargo del control no comunicó a la policía que el equipo se había activado tres veces.

Adiro Rectificaciones funciona desde hace cinco años en Vélez Sarsfield al 1100, en una zona industrial paralela a la Circunvalación donde a lo largo de diez cuadras se suceden fábricas y talleres. La empresa de Félix Di Paolo, un italiano de 64 años, está cercada por un alambrado y un portón. Al frente está el local de venta de repuestos para camiones y al fondo funciona el taller donde se rectifican motores.

Cuando Rodolfo, uno de los encargados, abrió el comercio ayer a las 7.50 vio colillas de cigarrillo aplastadas contra el piso. Como aborrece "el faso" sólo tuvo una sensación de asco, que trocó en desesperación al caminar unos metros más dentro del local. Un vidrio totalmente destrozado y restos de sangre fueron los primeros indicios de que había habido intrusos. Y una rápida mirada a las estanterías corroboró que éstos no habían entrado sólo para fumar.

"Eligieron cosas muy costosas pero bien puntuales, porque a la vez ni siquiera tocaron otras que también tienen mucho valor", dijo el empleado, sin disimular su impresión de que el robo parecía obedecer a una especie de pedido. Dos bombas inyectoras para camiones Mercedes Benz y otras dos para Fiat, usadas y reparadas, dos compresores para Scania y dos turbos alimentadores para motores gasoleros fueron lo más sustancioso de un botín que, en principio, calculó en "alrededor de 25 mil pesos".

La especificidad de los objetos ubicados sobre los estantes, sólo apta para entendidos, da la pauta de que los ladrones sabían lo que buscaban. "Lo peor de todo es que estos repuestos no se consiguen más. En algunos casos porque hay que importarlos y en otros porque ya no se fabrican", agregó el encargado, y destacó entre lo sustraído un "compresor Cummings que repararlo nada más sale cerca de cinco mil pesos".

Sin embargo, a pesar de la bronca, ayer a la tarde en Adiro no paraban un segundo de trabajar. Di Paolo saludó amablemente y de inmediato delegó en su hija Margarita el diálogo con la prensa. La joven descargó toda su indignación hacia la labor de la empresa de alarmas que tienen contratada porque, "aunque suene increíble, no llamaron a la policía", aseguró.

"Usualmente se espera que el sistema se active dos veces, para descartar que haya sonado porque se metió algún animal. Pero en este caso sólo llamaron a la casa de mi papá, que es el primero de la lista que tienen para comunicarse. Eran la 1.55 y justo atendió mi mamá. Ella les preguntó si tenían que mandar a alguien a que revisara y le respondieron: «Eso lo tiene que decidir usted, porque el equipo es suyo». La operadora le dijo que había detectado que la alarma se había activado tres veces. ¿Pero cómo va a esperar hasta que se active tres veces antes de llamar", se preguntó la comerciante.

Margarita aseguró que tanto en la comisaría 29ª como en la propia empresa de seguridad afirmaron que no se había alertado a la policía de que la alarma había sonado tres veces. "Esto es ridículo. ¿Acaso pretenden que vengamos nosotros a constatar si nos están robando?", bramó la mujer.
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Margarita Di Paola aseguró que la alarma sonó pero "nadie alertó a la policía".

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