Año CXXXVIII Nº 48792
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 martes, 28 de junio de 2005  
Hitler quería una muñeca inflable para sus soldados

Hitler ordenó a un grupo de médicos la construcción de una muñeca inflable para que sus tropas pudieran liberar las tensiones sexuales acumuladas durante la guerra, lejos de sus esposas y novias. Corría 1940 cuando Hitler le pidió al doctor danés Olen Hannussen el primer juguete erótico del mundo: la Borghild, una palabra que en Dinamarca significa algo así como muñeca del pueblo. En una carta que fue reproducida ayer por un diario noruego, Hitler ordenó que la muñeca tuviera "una altura de 1,76, labios y pechos gigantes, piernas, brazos y cabeza articulada y un ombligo bien diseñado". La idea era que cada soldado cargara con una muñeca en su mochila junto con el resto de los objetos vitales para supervivencia. El prototipo de la muñeca, de plástico galvanizado, debía ser fabricado en la ciudad de Dresde. El equipo del proyecto Borghild -formado por un escultor, un especialista en materiales sintéticos, un peluquero y un mecánico- enfrentaba el problema de diseñar una muñeca que tuviera una textura igual a la piel y órganos sexuales de apariencia realista. Para lograrlo, invitaron a personalidades y deportistas femeninas para que sirvieran de modelo. El bombardeo aliado de Dresde truncó el proyecto.


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