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lunes,
20 de
junio de
2005 |
Una receta que no falla
Rata Blanca tiene la receta bien sabida. Los ingredientes no fallan: rock, heavy metal y baladas con crescendos rítmicos que pegan en el corazón. Al frente va Giardino, con la guitarra endiablada, capaz de hacer veinte solos y no aburrir nunca (aunque no estaría mal resignar su protagonismo) y Adrián Barilari, dueño de una voz descendiente de la escuela británica del rock de Black Sabbat y Deep Purple. Registro alto y potente. Entrega total y sin desafinaciones. El alma carismático del grupo. Así es Barilari. Claro que los que la reman de atrás no son bebés de pecho. Hugo Bistolfi arma los colchones de teclados con los suficientes climas para que no disminuya el ritmo. No sería malo que en algún show exhiba su ductilidad en las teclas, ya que se lo ve muy atado al rol de hacer bases, como Guillermo Sánchez, el bajista. Sin embargo, Fernando Scarcella tuvo su tiempo para mostrar lo que sabe detrás de los tambores. Con todos los tics de los bateros del género, se las ingenió para seducir a la platea con su doble sistema de bombo y su velocidad para pegar duro y preciso. Además hizo participar a la gente, algo que muchos bateristas deberían aprender.
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