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domingo,
05 de
junio de
2005 |
Sin aire, sin ideas
Argentina cayó 2 a 0 en la altura de Ecuador
El seleccionado argentino de fútbol perdió el invicto que mantenía bajo la conducción del técnico José Pekerman y cayó ayer ante Ecuador por 2 a 0 en el marco de la 14ª fecha de eliminatorias sudamericanas. También pareció perder la brújula, ya que se trató de una puesta en escena demasiado deslucida.
Los goles del equipo dirigido por el colombiano Luis Suárez fueron convertidos en el segundo tiempo, cuando el cuadro albiceleste se quedó -literalmente- sin piernas, por Cristián Lara, a los 10 minutos, y Agustín Delgado, a los 45'.
La sensación de todos en el estadio era que si el seleccionado argentino sumaba hombres en ataque complicaría a Ecuador. Y sobre los 10' ese presagio se fue haciendo realidad cuando Maximiliano Rodríguez estuvo a tiro de abrir el marcador con un remate dentro del área.
Pero con el correr de los minutos todo fue cambiando, porque al equipo argentino le faltaba peso ofensivo. Por eso Pekerman, a la media hora de juego mandó a la cancha a Carlos Tevez en lugar de Aldo Duscher.
En ese momento, luego de pasar Javier Zanetti al sector izquierdo, muchos hinchas argentinos deben haber puesto el grito en el cielo porque Agustín Delgado tuvo el gol, debajo del arco, pero su cabezazo se fue desviado.
Aunque enseguida Pekerman comenzó a justificar la variante, cuando a los 36' Tevez desparramó ecuatorianos en la altura, lo dejó solo a Galletti, pero el ex delantero de Estudiantes no pudo empujar la pelota, provocando que varios en Quito tuvieran una suerte de síncope cardíaco.
¿Ecuador? Poco y nada. Sólo la claridad por derecha de Ulises De La Cruz, el criterio de Edwin Tenorio, alguna contra rápida y su gente.
Pero en el segundo tiempo, la película varió de enfoque. Porque el elenco local ganó con el ingreso de Lara, quien a los 10', aprovechó una rápida maniobra de Neicer Reasco (le ganó una pelota en la mitad de la cancha a Tevez) y metió un zapatazo letal que superó la resistencia de Franco.
El gol obligó a replanteos de parte de Pekerman. Por lo pronto, al ver que el equipo no tenía variantes ofensivas, apostó a la entrada de Luciano Figueroa por Gabriel Milito, uno de los pocos que había cumplido con sobriedad en su tarea defensiva.
De esta manera, Zanetti pasó a ser stopper por el sector derecho en una defensa que siguió trabajando con tres hombres. Pero el repunte albiceleste no se dio. Porque faltó aire, no hubo dinámica y, tampoco, sobró inteligencia.
Argentina dependía casi en exclusividad de lo que pudiera diseñar Tevez, que se fue apagando de a poco, o de alguna corajeada de Cambiasso, el más claro a pesar de la expulsión.
Ecuador continuó con su libreto, siguió jugando con el criterio de Luis Valencia, buscando progresar por las bandas e intentando aprovechar esos pelotazos cruzados que, de vez en cuando, lastimaban a un bloque defensivo ya desacomodado con la salida de Milito.
Y así, cuando se ingresaba al minuto final, Delgado saltó más alto que todos, metió un frentazo inatajable para Franco y chau a la ilusión argentina de conservar el invicto en el ciclo de Pekerman (llevaba cuatro victorias y un empate en estas eliminatorias).
Entonces, el público local se sintió verdaderamente ganador y dio cuenta de la satisfacción que le produjo vencer al líder de las eliminatorias y alimentar el sueño de estar otra vez en un Mundial. (Télam)
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Fotos
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Cambiasso trata de llevarse la pelota entre dos defensores.
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