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domingo,
29 de
mayo de
2005 |
Quienes ganan
y pierden con un éxito del "no"
París. - El referéndum francés sobre la primera Constitución de la Unión Europea tendrá profundas consecuencias para el futuro del continente. A continuación un panorama general de lo que está en juego para algunos países.
Gran Bretaña: en apariencia, el triunfo del "no" en la consulta popular de Francia podría colocar en una situación incómoda al primer ministro Tony Blair, que se ha manifestado en favor de la Constitución. Pero en privado Blair podría acoger el hecho de que ya no sería necesario que liderara una campaña difícil, en un país de tradición antieuropea, en respaldo del "sí" en un referéndum británico. Esa votación sería innecesaria si los franceses rechazan hoy el documento.
Alemania: la victoria del "no" podría generar dudas sobre un nuevo sistema de votación de la UE, que le dará a Alemania un mayor peso dentro del bloque. Podría además demorar el proceso de unificación europea que Alemania apoya con firmeza.
Polonia: como nuevo integrante de la UE con la mayor tasa de desempleo del bloque, muchos polacos temen que cualquier contratiempo a una mayor integración pueda perjudicar su suerte económica. Varsovia también considera que una mayor unificación europea frustraría a Rusia, su mayor preocupación en política exterior. Pero algunos polacos sospechan que la Constitución podría llevar a una pérdida de la soberanía nacional y esperan que los franceses la rechacen.
Rusia: Moscú ha observado la expansión de la UE con creciente aprensión, especialmente ahora que las ex repúblicas soviéticas de Letonia, Lituania y Estonia son miembros del bloque. El triunfo del "no" sería acogido por los rusos como un freno a ese avance de Europa hacia sus áreas de antiguo dominio, a las que espera recuperar.
Turquía: si gana el "no" podría complicarse el ingreso de Turquía a la UE ya que los políticos europeos estarían menos dispuestos a integrar a un país relativamente pobre y, sobre todo, musulmán y no europeo en medio del escepticismo de los votantes.
Italia: la Dolce Vita italiana ha sido puesta en duda por el proceso de unificación europea que la ha enfrentado a dolorosas reformas y ha cambiado la moneda local por el euro, reduciendo el poder de compra de las familias. Un voto negativo de los franceses a la Constitución podría intensificar el debate entre los italianos que desean proteger su vieja forma de vida y los que ven a una Europa más unida como el medio para el progreso de su país. (AP)
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