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jueves,
26 de
mayo de
2005 |
Sinceridad brutal
en una reflexión
"Siempre buscamos a un atacante serial preparado, un profesional, incluso un miembro de una fuerza de seguridad. Imaginamos un perfil criminal sutil e inteligente. Pero ahora la realidad nos fuerza a darnos cuenta de que el Loco de la Escopeta pudo o puede ser un boludo cualquiera". La brutal confesión corrió por cuenta de un investigador que supo correr tras las pistas, siempre endebles, del francotirador que durante 13 años atacó en Rosario.
"Poner todo el esfuerzo en detectar a un agresor con formación profesional te hace desviar la investigación y no reparás en gente común y menos en un chiflado", manifestó el oficial que admite tener motivos para, al menos, sostener que con la detención de los Bertucci "un montón de cosas cierran". El detective, que acopió mucha información sobre el caso, reflexionó acerca de sus vaivenes: "Nos concentramos buscando algo complejo y en esa tarea lo más sencillo se nos escapaba".
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