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jueves,
26 de
mayo de
2005 |
Al Sapito, con mucho afecto
El Chelo dijo, entre risas, que Encina no le contesta los llamados
Compadres de barrio. Las Flores los vio nacer y Central crecer. César Delgado y Hernán Encina son más que compinches. Compartieron muchas cosas juntos. Ya sea alegrías como tristezas. Por eso no es extraño ver que cada dos por tres se tiren con flores. Como ahora. O como hace unos días cuando el Chelito clavó un golazo en México, salió a festejarlo pero antes mostró una remera dedicada a su amigo que rezaba: "Fuerza Sapi", porque el volante canalla había sido operado de una fractura de peroné a nivel del tobillo izquierdo. "Fue para darle fuerza", dijo el delantero.
-¿Ya viste al Sapito?
-Sinceramente no hablé con él porque no me contesta los llamados. Debe estar agrandado. Pero vamos a ver ahora que estoy en Rosario si me atiende porque lo quiero saludar. (Risas)
-Fue emotivo ver cuando hiciste el gol y mostraste esa remera.
-Uno a la distancia se acuerda siempre de los amigos. Y en ese momento quería estar a su lado para darle fuerza por la lesión que tuvo.
-Ahora no te da bola, ¿pensar que en Las Flores estaban todo el día juntos?
-Sí, se ve que el hijo de puta está agrandado ahora. Y cuando vivíamos en Las Flores nos íbamos todos los días juntos a tomar el colectivo para ir a entrenar a las inferiores. Dejalo, ya lo voy a ver pronto.
-Eso habla de que hay jugadores que cuando se agrandan se olvidan de todo.
-Por supuesto. Este se olvidó de un amigo, más que nada. (Risas)
El Chelo no para de reirse. En cada frase deja bien parado al Sapito. Se ve que los años pasan y la amistad que siente uno por otro se va cimentando cada vez más. Eso habla de que aún conservan todas sus raíces intactas. Algo raro para el fútbol actual.
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