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 domingo, 22 de mayo de 2005  
"Es difícil saber cuándo el ciclo se da vuelta"

"Es difícil saber cuándo el ciclo expansivo se da vuelta, por lo pronto es difícil encontrar en la historia argentina tres años de crecimiento tan fuerte y un superávit fiscal que en 2005 llegará a los 18 mil millones de pesos y que se convierte en un baluarte de este gobierno". Juan Arranz, economista jefe del Banco Río, pronosticó que, aunque a un ritmo más moderado, 2005 cerrará con crecimiento y sin problemas para pagar los compromisos de deuda pública, aun cuando no se llegue a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Las luces amarillas se encienden por el lado de la inversión y de la inflación.

Durante una jornada organizada por la entidad financiera en Rosario, el economista repasó las principales variables que incidirán en la evolución de la economía argentina en el segundo semestre. Subrayó que el superávit fiscal de 18 mil millones de pesos con el que cerrará 2005 constituye el gran baluarte de la política económica del gobierno. Este nivel de recursos le permitirá, a su juicio, afrontar sin problemas los compromisos en materia de deuda, aún cuando no se llegue a un acuerdo con el Fondo Monetario.

"Si bien la deuda poscanje es elevada, del orden de los 140 mil millones de dólares, el peso de los pagos anuales es manejable y la caja del gobierno es cómoda para afrontar los compromisos de capital e intereses durante este año", aseguró.

De todos modos, Arranz advirtió que la composición de la estructura de ingresos y gastos fiscales cambió en el último año, con una desaceleración del crecimiento de la recaudación, que se ubica en el 9% interanual, y un incremento de los gastos al 30% interanual. Subrayó que "en parte el gobierno tiene sus razones para este incremento, que tiene que ver con no mostrarle al FMI un superávit por encima del 4% del PBI".

El economista consideró que no habrá acuerdo con el Fondo Monetario hasta pasadas las elecciones de octubre y pronosticó que "la situación seguirá como hasta ahora, se refinancia lo que se puede, el resto se paga pero sin firmar un acuerdo".

La inflación, una de las luces amarillas que se prendieron en la economía argentina. Pero "cuando se miden sólo los precios libres, es decir sin tarifas y sin ítems fuertemente estacionales como frutas y verduras se ve que la inflación es bastante más alta que el 0,5% que se verificó en abril y se repetiría en mayo". Su estimación para todo el año es del 11%.

La evolución de los precios minoristas tiene su punto de tensión en la política monetaria. "Cuando la inflación empezó a subir, el consumo se aceleró por temor a que se pierda el valor de los pesos que el consumidor tiene en su bolsillo, entonces del Banco Central aumentó la tasa de interés para enfriar un poco la economía", explicó Arranz, pero al mismo tiempo advirtió: "El problema es que "al mismo tiempo le venden más dólares a Redrado, que tiene que volcar más pesos al mercado, con el efecto que eso tiene sobre los precios, ese es un dilema difícil de resolver".

En ese sentido, señaló que la política del Central de retirarse de la compra de dólares durante la primera parte del año, comenzó a ser revisada recientemente.

De todos modos, consideró que el gobierno no dejará de sostener el dólar en el orden de los 2,90 pesos. "La Argentina tiene la moneda más subvaluada de la región y eso podría hacer pensar que es difícil sostener este tipo de cambio pero para el gobierno el peso débil es una cuestión central porque entiende que así ayuda al crecimiento de las exportaciones y protege el mercado interno, y en los últimos dos años esto fue verdad", explicó.

Arranz estimó una tasa de crecimiento del 6,5% de la economía en 2005 y aunque consideró que "es difícil pronosticar cuando se da vuelta el ciclo expansivo" alertó sobre la tasa de inversión. "Lavagna dice que en términos del PBI está en los mismos niveles de los 90 pero lo que hay que ver es que el grueso de la inversión está destinada a la construcción, que no es una inversión que permite producir más". En ese sentido, señaló que los incentivos fiscales para ampliar la producción e infraestructura energética "pretende replicar el impacto extraordinario que tuvo la ley de estabilidad fiscal en la minería, con la diferencia de que mientras los productores de cobre reciben el precio internacional, el sector petrolero tiene retenciones que llegan al 45%, con lo cual hay subsidio para la inversión pero por otro lado se regula el precio".
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