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domingo,
15 de
mayo de
2005 |
Ladrones de bicicletas. Bajan los casos denunciados y no afloja la venta ilícita
Las cifras del más común de los atracos
El promedio de robo diario en Rosario y su zona pasó de más de 14 unidades en 2002 a menos de 11 en 2004
Ariel Etcheverry / La Capital
En menos de cuatro meses, desde el 1º de enero hasta 20 de abril, en Rosario y sus alrededores se robaron 1.207 bicicletas. Ese número representa una disminución de casi el 12 por ciento con relación a los hechos ocurridos durante el mismo período del año pasado, donde se denunciaron 1.358 sustracciones. Claro que esa declinación es relativa, porque solamente agrupa a los casos denunciados. La cifra negra de este delito, que acaso implique otra tendencia, es imposible de estimar. Tan arduo como clasificar la heterogeneidad de episodios, que progresan desde la sustracción en ausencia del dueño hasta el ataque fatal.
La oficina judicial de Causas con Imputados no Individualizados de los Tribunales provinciales es la repartición que recibe las denuncias en la que no aparecen identificados los autores de delitos. Según sus estadísticas, el robo de bicicletas es un ilícito que muestra una leve caída en los últimos tres años. Por razones de operatividad interna, la repartición agrupó todos los hechos dentro de un mismo casillero, sin precisar si se trataron de robos simples, calificados (por uso de armas), hurtos (en ausencia del propietario) u otros que hayan incluido delitos adicionales como amenazas o lesiones.
Del registro total y anual de sustracciones producidas durante todo 2002 surgió que en ese año llegaron a conocimiento de Tribunales 5.316 robos de bicicletas, lo que implicaba un promedio de más de 14 por día. Doce meses después se evidenció la primera baja con 4.311 y el año pasado la cifra quedó en 4.003, casi 11 por día en promedio. La tendencia decreciente parecería acentuarse en lo que va de 2005, ya que desde el primer día del año hasta el 20 de abril, casi un cuatrimestre, hubo 1.207 denuncias.
Pese al alto número de robos que se producen por año, para la policía no existiría una mercado negro de rodados o bici partes a gran escala como se suele ver con los autos, las motos u otros vehículos o bienes. "No me consta que hayan lugares donde se reducen bicicletas. Creo que no ocurre como con los teléfonos celulares o los automóviles. Las bicis las roban porque son fáciles de vender rápidamente por poca plata y por lo general las víctimas son mujeres o chicos", opinó el jefe de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional II, Marcelo Villanoa.
El funcionario reconoció que, a pesar del descenso de los registros, hoy por hoy se roban muchísimas bicicletas en Rosario. También admitió que muchos casos se producen con una violencia inusitada en los que las víctimas sufren serias agresiones. "Es una cuestión criminológica. Los ataques, que en algunos casos derivaron a homicidios, no tienen otra explicación que en la pérdida de valores. La gente que comete esos hechos no le da valor a la vida", agregó.
Villanoa entendió que existe un mercado negro informal, porque las bicicletas "son fáciles de robar, pero también son fáciles de ofrecer por 10 ó 15 pesos. Es decir, tienen un reventa rápida y efectiva".
Leonardo Fernández, un bicicletero con más de una década en el rubro, sostuvo que existen mercados bifurcados. Por un lado, el de las bicicletas importadas o caras, valuadas en algunos casos en varios miles de dólares, que por lo general "van a parar a otras provincias". "El otro caso sería el del ladrón común, el chorito que afana cualquier cosa, que está desesperado y la vende por monedas".
Fernández remarcó que las bicicletas no son bienes registrables como los autos o las motos. Pero en el caso de las importadas "tienen impreso un guarismo de fabricación, como si fuera un número de chasis, que debe figurar en la factura y con el cual el dueño puede llegar a reconocerla en el caso de que se la roben".
"Si hay gente que vende robado debe ser en mínima escala. Este es un gremio particular, distinto al de los talleres de autos o repuesteros. Esto es como un hobby o un pasatiempo en el que uno tiene una relación muy cercana con el cliente. Es como una gran familia y se sabría todo".
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Según la policía, no hay desarmaderos de bicicletas.
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