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sábado,
14 de
mayo de
2005 |
Elecciones 2005. El precandidato a concejal es la nueva cara del socialismo
Ghirardi: "Hay que cambiar la imagen del Concejo como algo oscuro"
El dirigente sostuvo que Lifschitz necesita de ediles que no frenen el crecimiento de Rosario
El precandidato a concejal por el Frente Progresista Horacio Ghirardi reconoció que el socialismo se juega una parada clave en las elecciones de octubre para el futuro de la gestión del intendente Miguel Lifschitz. "Esperamos un respaldo contundente a su figura y a su gobierno para que no se frene el rumbo que está tomando Rosario", confía el dirigente, quien encabezará la nómina del Partido Socialista (PS) en las primarias del 7 de agosto.
Ghirardi, de 40 años, es una de las nuevas caras que presenta el socialismo y tiene una dilatada experiencia en la administración municipal que ahora busca trasladar al Palacio Vasallo. "Hay que cambiar la imagen que tiene la gente del Concejo como un organismo oscuro y una máquina de impedir", sostuvo en una entrevista a La Capital, donde desgranó conceptos sobre la gestión que viene llevando el socialismo desde hace una década en la Municipalidad.
-¿Qué se juega el socialismo en las elecciones de concejales?
-Se juega mucho el partido y también la ciudad, porque el año que viene va a ser clave para el impulso que está teniendo Rosario, para el despegue que ya viene insinuando. El liderazgo que está llevando a cabo Miguel (por Lifschitz) necesita de un mayor respaldo en el Concejo para plasmar una serie de políticas que ha diseñado en su programa y que muchas veces no se anima a remitir al Concejo por miedo a que sean frenadas.
-¿Cuántos concejales aspiran a colocar?
-Tenemos como meta incorporar seis ediles, y para eso estamos trabajando. Tenemos mucha esperanza de lograrlo pues percibimos una buena receptividad de distintos sectores, desde el empresarial hasta los trabajadores de los barrios.
-Kirchner dice que en octubre plebiscita su gestión. ¿Para Lifschitz es igual?
-El intendente espera de los rosarinos un respaldo contundente a su figura y a su gobierno. Lifschitz se lo merece. Es el momento ideal para demostrarle a la ciudadanía que los proyectos a que nos habíamos comprometido se están llevando a cabo con una fuerte inversión barrial. En estos momentos estamos desarrollando un programa para pavimentar 700 cuadras en lo que resta del año. También hay un plan de construcción de 50 playones polideportivos y más de 40 intervenciones en obras de mejoramiento en espacios verdes barriales.
-¿Esta atención a los barrios tiene que ver con la pérdida de votos del socialismo en las elecciones del 2003?
-No, tiene que ver con que en esta nueva etapa de la gestión se le ha dado un impulso al mecanismo del presupuesto participativo. La inversión la definen los propios vecinos y existe un fuerte compromiso del intendente y de todo el gabinete de cumplirlas.
-La oposición siempre sostuvo que la administración de Binner privilegió el centro y postergó a los barrios.
-La oposición fijó con cierto éxito ese eslogan, pero no comparto ese planteo. Cuando uno analiza la inversión que hizo la gestión de Binner comparando el centro y los barrios, se ve claramente que fue superior en los barrios, con los centros de salud, los centros Crecer y las sedes de los distritos, que están enclavados en el corazón de los barrios más postergados de la ciudad.
-Todos le reconocen a Lifschitz una amplitud política que no veían en Binner.
-Son contrastes de personalidad, no de ideologías ni de políticas. Cuando uno analiza las políticas de Estado, tanto las de Binner como la de Lifschitz tienen una continuidad exacta: las gestiones en salud, el esquema de descentralización y el recupero de la costa.
-Sobre este último punto, hubo objeciones a las licitaciones públicas.
-Las críticas fueron desproporcionadas y tuvieron un condimento de posicionamiento electoral. La gestión socialista ha recuperado cerca de 50 hectáreas en el borde costero y sólo el 1,3 de esa totalidad fue concesionado. El resto es espacio abierto, gratuito y para disfrute de todos los rosarinos.
-¿Cómo se ve compitiendo en una interna, entre otros, con Boasso?
-Estoy convencido de mis condiciones personales y del trabajo que desempeñé como funcionario público. Estoy ofreciendo una cara nueva a la política, un perfil profesional y una capacidad de trabajo que voy a trasladar al Concejo.
-Pero ese camino no va a ser un sendero de rosas...
-Cada cual sabrá cómo diseñar su estrategia. No voy a entrar en la chicana barata porque eso no aporta nada. Hay que tratar de cambiar la imagen del Concejo como un organismo oscuro, como una máquina de impedir.
-¿Imagina un escenario donde confronten por un lado Binner, y Kirchner junto a Reutemann por el otro?
-Me da la sensación de que el presidente ha tenido un comportamiento institucional razonable. Kirchner tiene sus simpatías e impulsará candidatos, pero no le veo involucrado en una elección local. En cuanto a Reutemann, también tengo la impresión de que no va a jugar este partido.
-¿Por qué los rosarinos tiene que votar la lista de concejales socialistas?
-Porque es una lista que reúne capacidad y, a la vez, vocación de trabajo y mucho compromiso de cada uno de los integrantes. Y por otra parte, porque es el momento para darle un gran respaldo a la gestión de Lifschitz. El intendente tiene una cantidad de proyectos estratégicos para la ciudad que quiere empujar y lo cual requiere una mayor presencia en el Concejo para que el crecimiento de la ciudad no se frene.
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"Lifschitz espera un garn respaldo popular", dijo Ghirardi.
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