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 sábado, 14 de mayo de 2005  
Procesan a "Campito" por un crimen al sur de Tablada
Al folclorista y ex convicto por narco lo acusan, según su defensor, "sólo por ser un viejo cliente de la Justicia"

Ramón Campito Giglione acaba de sufrir un nuevo tropiezo en su vasta trayectoria delictiva: lo procesaron por el homicidio a balazos de Pacalo Salinas, un crimen que para la policía se inscribe en las disputas por la venta de drogas en barrio Tablada. La zona en la que Campito ganó celebridad como guitarrero folclórico, a la vez que salía en los diarios por su participación en casos de narcotráfico. Tras haber cumplido seis años de prisión por venta de estupefacientes, Campito fue acusado del crimen de Salinas ocurrido el 11 de enero en Spiro y Grandoli. Estuvo un tiempo prófugo, lo detuvieron y ahora el brazo de la ley lo ciñe con más fuerza. Para el juez de Instrucción Jorge Eldo Juárez, debe ir a juicio por ese asesinato.

Por esa balacera que mató a Pacalo Salinas en la villa del Tanque en pleno verano rosarino, Campito estaba imputado de dos delitos graves. Lo acusaban de homicidio calificado y de tentativa de homicidio, esto último por los disparos que casi impactan en la mujer que acompañaba a la víctima. Pero el procesamiento dictado por Juárez no lo castiga con tanta dureza. Según anticipó a La Capital el defensor de Giglione, José Luis Abichaín Zuaín, a su cliente lo procesaron por homicidio simple -una figura que contempla una pena "ostensiblemente menor"- y le dictaron la falta de mérito por el intento de homicidio de la mujer.

Aún con una imputación más leve, Campito no está conforme. Su abogado dice estar dispuesto a dar pelea por su inocencia y anticipó que apelará el procesamiento. Para Abichaín, lo que más incrimina a Campito es su foja prontuarial: "Con los elementos de prueba que hay tiene que estar sobreseído. Entiendo que están pesando más sus antecedentes que las pruebas en relación al hecho que se le imputa. Sostengo que es inocente, por lo tanto vamos a apelar la imputación. Campito quedó aferrado al proceso por ser un viejo cliente de la Justicia", evaluó el defensor.

Pero las sospechas contra Campito no surgieron de la nada. La esposa del hombre fallecido lo acusó en su primera declaración policial de haberles disparado la tarde del 11 de enero, cuando caminaban por Spiro al 300 bis en dirección al río. La mujer sostuvo que al acercarse al Peugeot 206 azul de Campito, el mismo Giglione salió del auto y no le dio tiempo a defenderse a su esposo Carlos Gregorio Salinas, de 38 años. El atacante sacó un revólver y le apuntó a Pacalo, quien intentó salir corriendo pero cayó alcanzado por un balazo en la espalda. La mujer dijo que a ella también la balearon, pero sin puntería. Si bien más adelante, según el defensor, la mujer "rectifica sus dichos, dice que menciona el auto de Campito solamente porque lo conoce".

El acusado también fue señalado por una hermana de Salinas, quien relató que al llegar al lugar donde habían baleado a su hermano vio a Campito con el arma en la mano. Y un vecino dijo haber escuchado, por comentarios. que el autor de ese crimen era Campito.

Para la policía, hasta entonces, todo quedaba en una disputa entre distribuidores del barrio. Los investigadores de Homicidios sospechaban que el balazo, en realidad, estaba dirigido a un hermano de la víctima que tenía cuentas pendientes con el guitarrero. El 3 de febrero detuvieron a Campito en una precaria casilla de Mister Ross al 2400 y desde entonces está preso.

Giglione se hizo reconocido en su zona bajo su nombre artístico de "Ramón Campo", editó un compacto de música folclórica, y ganó espacio en la prensa cuando cayó por una causa de drogas del año 1998. Le secuestraron 800 gramos de cocaína, una cantidad similar de marihuana y municiones en su casa del sudeste rosarino y terminó condenado a seis años de prisión. Más adelante, en junio de 2002, fue baleado dos veces con intervalo de horas cuando estaba en libertad condicional por aquella condena.

Con el procesamiento por homicidio a sus espaldas -sobre el que aún deberá pronunciarse la Cámara Penal- todo indica que Campito seguirá saldando cuentas con la ley. Es que al revisar su prontuario (entre los que aparecen dos crímenes de 1984 y 85) el juez Juárez descubrió que tenía dos causas archivadas del año 1997 en las que aún no correspondía la prescripción. Por eso, según fuentes judiciales, decidió reactivar esos expedientes por abuso de armas y lesiones que se investigaban en el juzgado de InstrucciónNº7.
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A Giglione lo acusan de matar a Pacalo Salinas.


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