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 sábado, 14 de mayo de 2005  
Rebelión y brutal represión en el corazón del Asia ex soviética
Decenas de miles de uzbekos se alzaron contra el dictador local y tomaron una ciudad. Reprimieron con tanques

Tashkent/Moscú. - El ejército de la república centroasiática de Uzbekistán disolvió de forma sangrienta un levantamiento en la ciudad de Andizán, que según testigos oculares provocó centenares de víctimas entre muertos y heridos. El país es dirigido desde la era soviética por un dictador, contra el que reaccionaron los manifestantes en Andizán, ciudad en el extremo oriental del país. Muchas de las víctimas serían civiles inermes que cayeron bajo el fuego de soldados e incluso tanques, según periodistas uzbekos en el lugar. Otros opositores estaban armados con fusiles que tomaron al copar un puesto del ejército.

"Tanto los manifestantes como los insurgentes que se atrincheraron en el edificio de la administración de la ciudad recibieron disparos desde tanques, con armas automáticas y fusiles", informó el abogado Saidshachon Sainabitdinov en la noche de ayer desde Andizán, en el valle de Fergana, una zona que es considerada desde hace tiempo bastión de islamitas radicales. Los reportes coinciden en que los disparos alcanzaron a muchas mujeres y niños.

Los soldados dispararon sobre la multitud desde tanques, confirmó la reportera de guerra uzbeka Galima Bujarbayeva. La periodista estima que podrían haber perdido la vida hasta 50 personas.

La operación represiva iba dirigida sobre todo contra el edificio de la administración de Andizán, ocupada por insurgentes armados horas antes. Durante el enfrentamiento de una hora de duración, se oyeron varias explosiones desde el interior del inmueble, reportó el sitio de Internet Fergana.ru.

Decenas de miles de manifestantes protestaron en la plaza central de la ciudad contra un controvertido proceso contra 23 empresarios locales, acusados de pertenecer a la organización islamita Akryma, y demandaron además la renuncia del autoritario presidente Islam Karimov.


"No somos extremistas"
"No somos extremistas. Queremos democracia y trabajo", clamaban los manifestantes congregados en la plaza de la ciudad de 300.000 habitantes. Según la policía, el ejército uzbeko se habría limitado a hacerse con el control del edificio de la administración de Andizán. Tras el fracaso de presuntas negociaciones con los rebeldes, el presidente Karimov dio la orden de reprimir fuertemente, indicó Fergana.ru. Tras la operación militar, el mandatario, que se había trasladado a Andizán, regresó a la capital, Tashkent. Pero habitantes de Andizán aseguraron que ni la policía ni el ejército intentaron durante el día conversar con los insurgentes.

El Ministerio del Exterior ruso condenó el ataque de rebeldes extremistas y le aseguró a Karimov su solidaridad. Este es uno de los pocos aliados que le quedan al Kremlin, luego de las deserciones de Ucrania y Georgia. El valle de Fergana, en la frontera con Kirguistán, es la región más densamente poblada de Asia Central y es desde hace varios años escenario de enfrentamientos entre las fuerzas uzbekas y extremistas islámicos.

Un custodio de la embajada de Israel en Tashkent mató a una persona que se acercaba a la legación cargando una bomba que resultó ser falsa, informó Radio Israel.

En la madrugada de ayer, bandas armadas se apoderaron de una cantidad de armas durante un ataque a una unidad del ejército de Uzbekistán en el valle de Fergana y luego asaltaron una cárcel en la ciudad de Andizán, donde habrían liberado a unos 4.000 presos. El objetivo era liberar a 23 empresarios acusados de ser extremistas religiosos.

En la mañana, el grupo armado ocupó el edificio de la administración en la ciudad. Al menos nueve personas murieron y otras 34 resultaron heridas durante los disturbios, según la presidencia uzbeka.

El gobierno uzbeko coopera con Estados Unidos y Alemania en la lucha contra el terrorismo en el vecino Afganistán. En la ex república soviética hay estacionados, entre otros, soldados norteamericanos y alemanes. Cerca de 300 soldados del ejército alemán asisten desde la ciudad sureña de Termes a las tropas desplegadas en el vecino norte de Afganistán. (DPA)
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