| domingo, 19 de diciembre de 2004 | Navidad en la sierra y la quebrada Actividades en la localidad cordobesa de Villa General Belgrano y en los valles jujeños Distintos centros turísticos del país ofrecen actividades navideñas para agasajar a los visitantes. En la localidad cordobesa de Villa General Belgrano se puede recorrer el Rincón de Artesanos, que desde ayer y hasta el próximo jueves abre sus puertas a partir de las 19. Allí Papá Noel recibe cartas de los niños y hay una mesa de manualidades donde se arman las luminarias que lo acompañarán en su recorrido hasta la plaza José Hernández, previsto para el próximo jueves. Ese día también habrá números artísticos infantiles.
Por su parte, el próximo 31, luego de la medianoche y para celebrar la llegada del Año Nuevo, actuará frente al Salón de Eventos el grupo La Mueca. Mientras que el 1º de enero se hará el descenso de antorchas y un show de fuegos artificiales, organizado por el cuerpo de bomberos local, al pie de las Sierras Chicas. En tanto, el 5 de enero los Reyes Magos repartirán golosinas en la plaza José Hernández.
Niños adoradores en Jujuy En el norte del país, en la provincia de Jujuy, también se vive a pleno el festejo navideño. Con la llegada del último mes del año comienzan los preparativos que incluyen el armado de pesebres y las procesiones de niños adoradores.
En los poblados de la Quebrada, la puna y los valles jujeños, el aire se va inundando con el sonido de los sikuris, que para esta época ejecutan un ritmo más alegre y pegadizo que cuando suelen encabezar los misachicos (ceremonias en honor a un santo) en las tradicionales celebraciones religiosas de cada poblado.
Los sikuris (músicos que ejecutan el sikus) no marchan solos. Delante de ellos se abren paso los niños adoradores encabezados por un angelito y una guía, seguidos por un par de hileras de changos y chinitas que marcan el ritmo con ágiles saltos, cantando y presentando la figura del Niño Dios.
Esta demostración de fe, originaria de España y adaptada a las comunidades de la región, no se desarrolla únicamente en lugares cerrados. Se realiza en las calles de cada ciudad, de cada pueblo. Y lo más llamativo es que los conductores de vehículos aguardan con paciencia oriental que la columna opte por desplazarse a un costado y libere el paso.
El paseo de estos grupos de niños no se cumple en forma improvisada, ya que visitan los pesebres a los que fueron invitados, muchas veces ubicados en barrios alejados. Una vez allí presentan la imagen del Niño Dios, que trasladaron con cuidado, y comienza el baile. Al ritmo del redoblante y de los vientos, avanzan hacia el altar y luego retroceden sin darle la espalda en ningún momento. Así lo hacen dos o tres veces mientras cantan villancicos.
Luego viene el desafío mayor, el Baile de las Cintas. El ritmo y los pasos de la danza son iguales, pero esta vez los bailarines deben mantener la concentración al máximo mientras giran alrededor de un mástil del que penden una veintena de cintas coloridas y que sujetan cada uno en su mano. Danzar en círculo y trenzar no es el problema porque se va hacia delante, destrenzar ya es otra cosa: hay que bailar hacia atrás.
Los changos y las chinas jujeñas cumplen con esta ceremonia desde el 8 de diciembre hasta el anochecer del 6 de enero, luego de recibir a los Reyes Magos y de visitar la mayor cantidad posible de pesebres. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El Rincón de los Artesanos en Villa General Belgrano. | | |