| domingo, 19 de diciembre de 2004 | Receso escolar: Momento de reflexión Es hora de balances. El receso escolar impone, en la actualidad, una mirada que permite comprender la significación en el imaginario social del rol de la escuela. Según la Real Academia Española, "escuela" es (en su primera acepción) el establecimiento público donde se da a los niños/as la instrucción primaria. La etimología de la palabra griega scholé designaba el vagar, el reposo, la cesación de las fatigas físicas y, por extensión, el momento propicio para la actividad del espíritu, la lectura, las artes, el estudio.
Escuela es el espacio donde se reproducen los modos de subjetivación de un determinado momento histórico: escenario donde se actúa diariamente la realidad, respetando o mostrando los signos de los tiempos. Es el devenir cotidiano. Sin desconocer la necesidad de transformación que la institución escuela necesita, es justo reconocer que en medio de la crisis actual se ha transformado en el único sustento "nutricio" que muchos niños/as tienen al día. Este sustento no se refiere solamente a la alimentación, sino también al afecto, la contención y los aprendizajes iniciales como los primeros hábitos de limpieza, orden y normas de vida.
El deterioro socioeconómico pone en riesgo la eficacia y/o eficiencia del accionar educativo, lo cual está arrojando como producto una sociedad no educada. Casi a diario se escucha y se lee en todos los medios de comunicación que los niños y jóvenes están "mal educados" (en realidad, están "no educados"). La coyuntura social y económica es la que ha ido corriendo lentamente a la escuela de su lugar de origen del que nunca debiera haber salido, motivo por el cual no está educando o no lo está haciendo adecuadamente.
Al finalizar las clases, cada año, padres y docentes renuevan con esmero y mucha esperanza los votos para que se construya en forma conjunta y se propicie un cambio que arroje otros frutos. El receso escolar es el momento propicio para la necesaria recreación y - siguiendo la etimología del término scholé ya mencionada- la posibilidad de generar los momentos de reposo donde los padres estimulen por vía del ejemplo, las conductas que quieren para sus hijos, entre ellas, la lectura.
Es a partir de leer donde la imaginación de los chicos va a crecer y a desarrollarse, donde su capacidad de comprensión crecerá haciendo posible que los aprendizajes significativos se fragüen convirtiéndose en los cimientos que les permitan la incorporación de los aprendizajes más complejos por venir.
De esta manera, los padres (primeros educadores) actualizan este rol indelegable y que no debe ser olvidado. Sólo es éticamente válida la crítica al deteriorado rol de la escuela en su oficio de enseñar, si como padres antes se ha enseñado.
Silvia Susana Barbará. Centro de Pedagogía y Terapéutica de la Diversidad.
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