Fuera de foco

Guillermo Francella: "A la televisión le falta humor"

El actor reflexiona sobre su año fuera de la pequeña pantalla

-¿Cómo fue el 2004 sin televisión?

-Bien porque fue mi elección. Luego de "Durmiendo con mi jefe" todos los ofrecimientos que venían eran para el formato de tira diaria y no es lo que quiero hacer. Yo comprendo lo que significa la tira diaria a nivel comercial para los productores y gerentes de programación, pero estar 10, 12 horas diarias viviendo por y para un programa, más allá de tener 10, 20, 30 ó 40 puntos no lo disfrutás. A mí no me dan ganas de grabar de noche si faltan tomas; ya lo viví.

-¿Cómo afecta a los programas la competencia en la televisión actual?

-Mucho. Pero en una tira diaria tenés revancha continua porque disponés de más recursos: matá a la nena, divorciá a la abuela, lo pisó un tren, no lo pisó. En cambio, si vas con un programa semanal te ponen un megaevento enfrente y te debilitaron ese día; la otra semana te ponen un segundo megaevento, porque a las grandes empresas no les importa gastar mucho dinero a los efectos de debilitar al otro, y entonces te afectan. Como me ha sucedido a mí con "Durmiendo..." que, más allá de las fisuras propias que podía tener el programa, tuve siete cosas muy grandes enfrente y al octavo programa, que son dos meses de aire, ya estás debilitado.

-Después de tu experiencia, ¿tenés temor por la competencia?

-No es temor, es que la tele está así. Hay dos alternativas: considerar que no estás para bancarte el estrés de "qué me pusieron enfrente" o seguir trabajando y generando fuentes de trabajo. Yo elijo esta última sabiendo la lógica que tiene esta competencia.

-Telefé está repitiendo "Poné a Francella" con muy buen rating, ¿qué explicación le encontrás?

-Fue diferente a los programas de humor que hubo antes. Había creatividad en los autores, coreografías, buena producción y actuación. La mujer no era solamente objeto de verdugueo del varón por el lomo que podía tener. Era más inteligente.

-¿Por qué la gente compra tu humor?

-Tal vez porque le doy personajes identificables, que gustan. Todavía me sigo riendo y emocionando de lo mismo que la gente. Sé que hay humores alternativos que los ven pocos y son reconocidos, pero yo soy de lo masivo.

-¿Cómo ves el humor en la televisión?

-Siento que falta un poco de humor. Nosotros somos muy estructurados, no nos permitimos muchas transgresiones que sí aceptamos en los productos extranjeros. Falta reírnos más de nosotros mismos.

-¿Con qué televisión pensás que te encontrarás el año que viene?

-Ojalá que esté menos cruel, más distendida. Pero todo lo demás está así y la tele va de la mano con la falta de respeto y de moral que hay. No existen tantos códigos. Hoy te tiran debajo de un tren por un punto de rating. Depende de uno si quiere comulgar con esa forma devastadora de ver las cosas. Yo aprendí a transitarlo sin contaminarme. A veces la padezco, la disfruto, la sufro, me enojo, me divierte, pero no me quita el sueño.

Francella dijo que ya no vive por y para la TV.