| domingo, 19 de diciembre de 2004 | Mariano Narodowski analiza los exámenes a docentes y alumnos universitarios "No necesariamente será buen director el maestro que contestó bien la prueba" Cree que lo de Medicina fue un "bochazo" pero no califica del mismo modo el resultado de la prueba docente Laura Vilche / La Capital Los magros resultados de dos exámenes fueron tapa esta semana en La Capital, y desataron polémica. "¿Cómo puede ser que docentes y alumnos sean bochados por igual?", fue una de las tantas frases escandalizadas que se escucharon por estos días. Viene bien entonces el análisis del maestro, doctor en educación y profesor del área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella, Mariano Narodowski, para aquietar las aguas. "Por un lado hay que tener en claro que no necesariamente será buen director el maestro que contestó bien la prueba, y por otro, hay que saber que en todas partes del mundo hay un importante número de aplazados en los ingresos universitarios y que es lógico que una universidad quiera tener en sus aulas a los mejores estudiantes" remarcó,.
El resultado de las pruebas para el concurso de ascenso a cargos directivos que
rindieron los maestros se conoció públicamente el martes pasado. El 50 por ciento de 4.248 docentes no aprobó. Un día después, se supo que de los 3.100 inscriptos a Medicina se presentaron a rendir 2.264 y sólo 372 pasaron la evaluación.
-¿Se pueden leer como "bochazos" los resultados de ambos exámenes?
-Antes que nada hay que diferenciar cada prueba. El examen de los docentes evalúa capacidades profesionales para acceder a cargos directivos, no los conocimientos sustantivos de los maestros. No se está evaluando si saben o no geografía o matemática, ni siquiera el objetivo es saber si saben enseñar. Es una prueba que evalúa procedimientos para la dirección de una escuela, para obtener un cargo. Y en este sentido creo que el hecho de que haya muchos desaprobados no habla necesariamente de mala capacidad de los docentes. Además, no hay una única forma de ser directivo y el Estado debería evaluar a los docentes en su capacidad concreta de acción. Me parece que las cosas hay que hacerlas de otra manera.
-¿Cómo?
-Fundamentalmente hay que pensar en una evaluación en servicio, existen mecanismos a nivel internacional que califican al docente estando en práctica: pruebas entre pares, autoevaluaciones, comités de pares externos o de especialistas que van a las escuelas sólo para analizarlos in situ. Estoy de acuerdo con que el Estado evalúe al docente, creo que es su función, pero me parece que este tipo de pruebas no es la mejor.
-¿De qué forma se puede optimizar esta situación?
-Evaluando más seguido y corrigiendo más rápido. Pero además, el Estado debería delegar esta actividad a institutos de evaluación y universidades que puedan hacer esto de forma totalmente imparcial. Y el docente o el directivo en funciones, que también debe ser evaluado, tendría que desplegar su conocimiento y no ajustarse a un tipo de norma de conocimiento que le exige el Estado. Porque a veces lo que se les exige no es lo que comparten los maestros desde lo ideológico y lo técnico o simplemente no da resultado en todas las realidades. Y también hay que pensar en evaluar a equipos, no a personas. Habría que imitar el modelo con el que se califica a los médicos en los hospitales públicos ¿A quién se le ocurre pensar que una escuela funciona bien porque tiene una buena directora? Funcionan bien las escuelas cuando tienen buenos equipos de docentes.
-También fue muy criticado el hecho de que los maestros hayan tenido errores ortográficos en sus exámenes.
-Esto es parte del declive y deterioro del Estado y los educadores somos parte de ese deterioro. No creo que sean la mayoría los docentes con estos problemas, pero realmente sería extraño no encontrar docentes que los tengan. No hay que demonizar al maestro, porque incluso los que no son buenos merecen que les ofrezcamos mecanismos para mejorar a los que pueden mejorar. Para eso es vital la capacitación y evaluación en servicio.
-¿Y qué opina del pobre resultado de los exámenes de los aspirantes a Medicina?
-Esto sí es un bochazo, pero a la vez, es normal que haya un porcentaje importante de aplazados; esto ocurre en todos los lugares del mundo. Es habitual que las universidades usen mecanismos de selección para sus estudiantes y para lograr que los mejores les pertenezcan.
-Pero pocos se animan a reconocer que este es el sentido de la prueba de ingreso.
-Es cierto, pero es la realidad. El examen no debería causar una impresión negativa, es un mecanismo usado desde Brasil y Colombia hasta Francia y Estados Unidos. Lo que sí habría que preguntarse en cuanto a la política educativa es qué va pasar con los alumnos que no ingresen a la Universidad. Esto hace que muchos chicos después de rendir mal no estudien más, lo cual no está bien. El Estado debería buscar una solución. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Mariano Narodowski. | | |