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 sábado, 11 de diciembre de 2004  
La alfabetización, un camino posible para la inclusión social
Cómo sumar esfuerzos entre el Estado y las asociaciones civiles fue el eje de un encuentro que se realizó en Mar del Plata

Fabiana Monti / La Capital

Mar de Plata (enviada especial).- Coordinar esfuerzos entre el Estado y las asociaciones civiles para que más de un millón de personas logren alfabetizarse fue uno de los objetivos del 2º Encuentro Internacional de Alfabetización y Educación Popular, organizado por el Programa "Nunca es Tarde" de la Federación Universitaria Argentina (FUA) y la asociación brasilera Diálogos. El encuentro se realizó del 3 al 5 de diciembre en la Facultad de Derecho de Mar del Plata; concurrieron más de 250 alfabetizadores de todo el país, funcionarios y catedráticos.

A diferencia de otros países de Latinoamérica, Argentina se caracterizó por ser la escuela uno de los principales lugares de alfabetización. En las últimas décadas, la exclusión económica de un importante número de la población, sumado a los límites del sistema educativo, dejó marginado de este proceso un importante número de personas, sobre todo jóvenes y adultos.

"Según el último censo del Indec de 2001, en el país hay un millón de personas analfabetas y otras cuatro millones que no tienen la primaria, es decir cinco millones de personas con dificultades para la lectoescritura", afirmó Damián Fió, titular del Programa Nacional de Alfabetización "Nunca es Tarde", que agrupa a un importante número de universitarios que realiza esta tarea en distintos puntos del país (ver aparte).

"Hoy este proceso va creciendo porque la tasa de deserción escolar de los primeros años de educación aumentó de manera alarmante desde ese censo y llega a un 40 por ciento en muchas provincias", aseguró Fió.

La ausencia de políticas públicas que consideraran esa problemática dejó un espacio vacío que ocuparon un gran número de asociaciones tales como bibliotecas populares, comedores, sociedades de fomento, vecinales y la misma universidad, entre otros, intentando ser un puente para que esa población no sólo pueda acceder a la lectoescritura sino que puedan adquirir como fue el lema del encuentro "su condición de ciudadanía".


Propuesta oficial
En la actualidad y, como se debatió en el encuentro, la problemática dejó de ser sólo un tema de preocupación de la sociedad civil, puesto que el Ministerio de Educación de la Nación puso en marcha en septiembre de este año un Programa Nacional denominado Encuentro. Los principales destinatarios son los jóvenes y adultos; la idea del plan es que en un plazo de cinco meses logren la alfabetización completa que les permita a los participantes la continuidad de la primaria en la escuela de adultos formal.

Precisamente uno de los debates principales del encuentro, auspiciado por la cartera educativa nacional, la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación y la Organización Continental y Latinoamericana de Estudiantes, fue si el acceso a la lectoescritura es suficiente para que este gran número de excluidos puedan integrarse a la sociedad.

En ese sentido, Cecilia Bixio, una de las expositoras pertenecientes a la Universidad Nacional de Rosario fue categórica y señaló: "Alfabetizar es un proceso que va más allá de una técnica de lectoescritura. Es insertarlo en una cultura, darle voz a los que no la tienen. El sujeto podrá apropiarse de la lectoescritura cuando puedan construir significados que le permitan intercambiar en esa u otras culturas".

En el mismo sentido, se refirió Hugo Yasky, secretario general de la Ctera, quien valoró este tipo de iniciativas de parte de la sociedad civil pero consideró que deben ser los disparadores para el ingreso al sistema educativo formal. "Hoy en el siglo XXI, donde se plantea como nuevo paradigma social la educación para toda la vida, no alcanza con saber escribir el nombre y apellido. Tiene sentido si se articula con una propuesta que se articule con la educación formal".

Si bien los principales destinatarios de los trabajos de alfabetización son los jóvenes y adultos, también se refirió al caso de los más pequeños que desertan por distintos motivos de la institución escolar. "Si aceptamos que el único camino es la alfabetización, sería aceptar la derrota de la escuela pública. Cuando un chico deja la escuela es el fracaso de un sistema educativo. Por eso hay que desarrollar políticas públicas educativas activas porque sino es condenarlos a un circuito paralelo que lo termina marginando de una manera más elegante", apuntó.
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El apoyo escolar para los chicos en riesgo también es una tarea de los alfabetizadores.

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