| domingo, 28 de noviembre de 2004 | Central empató Mauricio Tallone / La Capital Central interrumpió su marcha ganadora en el Apertura. Se desenganchó de lo que venía siendo el curso natural de su presente futbolístico y apagó la última luz de esperanza que se le había encendido para darle lazo al sueño de seguir con vida en la pelea por el título.
El equipo de Angel Tulio Zof hizo beneficencia ante Instituto, justo en un momento en que el campeonato ingresó en una etapa en la que ya no es contemplativo ni misericordioso con este tipo de concesiones numéricas.
Por eso el empate cayó como plomo en el ánimo canalla y lleva a preguntarse cómo se llegó a un resultado que, por la fantástica arremetida que traía Central, pocos adivinaban como probable.
Igualmente mucho contribuyó para que sucediera esto fue el acento que le puso al trámite el conjunto de Garisto, que llegó al Gigante muy suelto de cuerpo. Además por esto hay que entender que no se quedó tieso en ofensiva ni emboscado en el fondo, esperando perder por lo menos posible.
Es más, cada vez que los cordobeses se asomaron con la pelota en el terreno canalla lo hicieron a través de Miliki Jiménez, una especie de faro atento que complicó cuántas veces quiso y zamarreó con frecuencia al boliviano Raldes y aprovechó con inteligencia los titubeos de la defensa canalla.
Así ocurrió a los 12', cuando Cobo armó una jugada bárbara por el medio y Miliki la finalizó picándola con tres dedos por encima de Ojeda. La pelota fue devuelta por el palo izquierdo del arco auriazul. Si se rompía la paridad, a nadie le hubiera sorprendido porque hasta ese lapso del encuentro los cordobeses eran los únicos que les habían encontrado el hilo al trámite. También el mastodonte lo tuvo apenas iniciada la segunda parte y su cabezazo fue a parar a las manos de Ojeda.
En resumen, a Instituto no le sobrara lírica pero sí ánimo para obstaculizarle el camino a Central, que sólo respondió con un cabezazo de Villa y un remate de Ferrari que se fue por encima del travesaño luego de una buena habilitación de Ledesma.
Esta maqueta de partido empujó a Central a jugar siempre en potencial, a nunca salir de un proyecto de insinuación sobre todo durante el primer tiempo. De espaldas al buen juego, los canallas quisieron transmitir una imagen más briosa en el complemento. Como si tuvieran el empuje suficiente para alcanzar la victoria. Pero ni siquiera las entradas de Vitamina Sánchez y el pibe Alemanno renovaron el impulso. El equipo mantuvo su ceguera futbolística y la desesperación se convirtió en la guía elegida.
Igualmente otra formidable cesión de Chirola motivó que Tito Villa girara entre los centrales de Instituto aunque su disparo salió desviado. Y en la mejor jugada de Central, que se inició con un centro de Andrés Díaz desde la derecha, Barone sacó en la línea un remate bien colocado por Ledesma.
Lo cierto es que Central se quedó sin capacidad de atropellada en una instancia de torneo que reconoce vacilaciones. Si el partido de anoche contra Instituto respondía a esas citas que fijan en qué hemisferio queda parado un equipo, no hay dudas de que para Central el empate tuvo fuerza de frustración. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Manfredi traba y Papa vuela. | | |