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 sábado, 02 de octubre de 2004

Los países más desarrollados del mundo pidieron por los bancos y las privatizadas
G7 presionó al país para acordar con los bonistas "lo más pronto posible"
Los ministros de Finanzas plantearon que los desafíos clave para la Argentina son las reformas estructurales

El Grupo de los Siete países más desarrollados del mundo (G7) redobló su presión hacia la Argentina al reclamar un amplio acuerdo con los acreedores privados y mayor celeridad en las negociaciones. La Argentina debe acordar con los tenedores de bonos de la deuda en default "lo más pronto posible" y atender las necesidades de "los bancos y las empresas de servicios públicos", dijeron los ministros de Finanzas de los Estados más poderosos del planeta.

"Los desafíos clave de Argentina siguen siendo las reformas estructurales, construir un marco fiscal sustentable y alcanzar una alta participación de los acreedores en el proceso de reestructuración de la deuda", señalaron los funcionarios del G7 en una declaración difundida en Washington al margen de la Asamblea Anual conjunta del Fondo Monentario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).

En el otro párrafo que dedicaron al país en su declaración, los ministros del G7 "urgieron" al gobierno a "implementar lo más pronto posible las acciones requeridas para completar la tercera revisión (del acuerdo suspendido con el FMI), cumpliendo completamente y a tiempo con sus obligaciones".

La referencia explícita a la Argentina en un comunicado oficial del G7 no es la primera del año y se produjo a horas de que el gobierno dé a conocer el prospecto definitivo con las opciones de bonos que se ofrecerán a los tenedores de la deuda en default.

El grupo está integrado por Gran Bretaña, Alemania, Japón, Canadá, Francia, Italia y Estados Unidos, que juntos representan más de dos tercios de la economía mundial.

"Continuamos apoyando esfuerzos para incrementar el crecimiento económico y reducir la pobreza en países pobres", reza el comunicado en otro de sus fragmentos, antes de reafirmar el "compromiso para luchar contra la pobreza y ayudar a los países a alcanzar sus objetivos de desarrollo".


Situación fiscal
Por su parte, el director del Departamento Occidental, Anoop Singh, reiteró que la Argentina debe apuntar su situación fiscal para hacer sustentable su perfil de deuda pública.

"Algo que esta estrechamente ligado con lograr el alto nivel deseado de participación en la reestructuración de la deuda será un marco de referencia fiscal a mediano plazo que apuntale el regreso a una posición sostenible de deuda", indicó ayer en Washington.

El funcionario reveló que el organismo cuenta con una "evaluación propia" que demuestra que el superávit fiscal primario de la Argentina en 2004 podría "superar el 4,5 por ciento".

Con la intención de avalar y justificar los reclamos del FMI, Singh le adjudicó al buen desempeño fiscal la recuperación de la economía argentina y reiteró que la resolución de la reestructuración de la deuda será fundamental para sostener las perspectivas económicas a mediano plazo.

No obstante al mismo tiempo, Singh reconoció que tanto las metas de política monetaria como las fiscales han sido cumplidas con amplitud y que se mantiene "un contacto constructivo" con las autoridades del país.

A su vez, emitió un mensaje optimista respecto a la renegociación con las acreedores, al considerar que el nivel de reservas con el que cuenta la Argentina "da cabida para maniobrar la deuda".

Pese a que la cúpula del FMI no pierde de vista la situación de la Argentina, fuentes cercanas a las delegación que encabeza Lavagna, reiteraron que durante la permanencia del ministro en Washington no mantendrá reuniones bilaterales por el tema de la deuda (ver aparte).

Por otra parte, el G7 lanzó en el texto un llamado a los países productores de petróleo a que "moderen" los precios del crudo, un día después de que el propio Fondo Monetario saliera a recortar su pronóstico de crecimiento mundial para 2005 en virtud de la brusca escalada de su cotización.

Los ministros de Economía y Finanzas y los directores de los bancos centrales de las naciones del G7 señalaron que los precios del petróleo "siguen altos", y llamaron a las naciones productoras a regular las provisiones de manera de "moderarlos".

Durante la reunión, sin embargo, los países industrializados afirmaron que las perspectivas de crecimiento global para 2005 siguen siendo "favorables".

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Los ministros de Finanzas.

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