| sábado, 11 de septiembre de 2004 | Demostrar quién manda Estimados compatriotas: no hace mucho leí unas declaraciones de un científico, que decía que mientras en Estados Unidos y Europa brindaban a los científicos todas las facilidades para desarrollar sus investigaciones, en Argentina los únicos que tenían facilidades para hacer lo que les diese la gana eran los que podían molestar, con toda libertad, a aquellos que querían trabajar. Quién sabe, quizás haya algunos grupos de poder a los que les interese que eso suceda y hagan todo lo posible por crear y fomentar la intranquilidad, con el fin de aburrir a los ciudadanos, para terminar obligando a las personas cualificadas a emigrar, en busca de un lugar tranquilo donde poder desarrollar su creatividad y sus investigaciones. Esa emigración, técnicamente preparada, desabastecerá el país de buenos cerebros, que son la riqueza más importante que puede tener una nación, incluso por encima de las riquezas naturales que posea. Hay grupos de poder que compran empresas estatales, otros compran territorios, incluso los hay que compran presidentes, pero también existen los que compran cerebros. La diferencia es que los cerebros no se adquieren de igual modo. Para ello es necesario sobornar a los vendepatrias. Esos son los que luego crearán las condiciones necesarias para convertir el país en una zona inhabitable. Esa es la mejor forma de echar a científicos, médicos, escritores, actores, y a todo aquel que busque desarrollar su trabajo en paz y no ser un parásito para la sociedad. Si los científicos e intelectuales se marchan, será una forma de asegurarse un territorio sumiso, poblado por gentes de escasa cultura, que dependerán de patentes y tecnología comprada a los países que se han hecho poderosos, por ser receptores de cerebros, que propiciaron su desarrollo tecnológico. La verdadera riqueza de un país está en sus cerebros, eso lo sabe EEUU que desde la Segunda Guerra Mundial no ha parado de cobijar a todos los inteligentes que ha encontrado por el mundo. ¿Y que nos quedará a nosotros? Pues muy sencillo, piense usted lo que puede salir de las hordas que vociferan en las calles, rompen lo que encuentran y extorsionan a todo el que se pone en su camino. En el seno de esas familias se están formando los argentinos del futuro. De poco servirán ya las lamentaciones, porque será tarde. El gobierno debería demostrar quién manda. Si los violentos hacen lo que quieren, cada vez serán más los que se sumen a esa violencia y cada vez van a ser menos los que respeten las leyes.
Carlos A. Ochoa Blanco
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