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 domingo, 22 de agosto de 2004

Coudet imagina una fiesta azul y amarilla
"No se me cruza por la cabeza perder", confió el Chacho

José M. Petunchi / La Capital

Eduardo Germán Coudet es igual dentro y fuera de la cancha. Es genuino y espontáneo. Lo era cuando, con apenas 23 años, fue una de las figuras del clásico en el recordado 4-0 de noviembre del 97 en Arroyito. Entonces era un tipo extrovertido, chicanero y explosivo. En la previa y en la cancha. Ahora, casi siete años después, el Chacho está más maduro y sobre todo más tranquilo. Dejó de lado ese lado chicanero que lo llevó a convertirse en ícono de los canallas, la experiencia lo llevó a ser menos explosivo en sus declaraciones, aunque mantiene la picardía y esa cuota de desparpajo que lo caracteriza. "Va a ser una fiesta ... azul y amarilla", sentencia el Chacho en un mano a mano con Ovacion. "Anduvimos flojitos en la venta de entradas, ¡eh!!", disparó con ironía el platinado volante, quien además está convencido del triunfo: "No se me pasa por la cabeza perder". Y subió la apuesta: "Si me das a elegir le quiero hacer 20 goles".

-¿Por cuantas cosas es especial este clásico?

-Los clásicos siempre son especiales, y en lo personal por que es volver al Gigante, encontrarme con la gente y jugar un clásico después de más de seis años.

-¿Te hubiese gustado tener otro tipo de presentación en el Gigante y que el clásico fuese más adelante?

-No, me es indiferente. Con la gente ya no necesito presentación, creo que el clásico hubiese tomado otro color si hubiese sido más adelante, pero está ahora y hay que jugarlo.

-¿La experiencia te llevó a estar más contenido y mesurado en las declaraciones que cuando te fuiste

-No, estoy más tranquilo en algunas cosas, pero no en lo que es vivir y sentir el fútbol. Yo quiero salir y ganar, no me cabe otra que ganar. Es un partido por demás especial para mí, en el que quiero ganar y hacer 10 goles si puedo.

-¿Se puede decir que también volviste por este partido?

-Volví, por que me sentía en deuda con la gente de Central. Para mí es una manera de retribuir tanto cariño, pero obviamente es el partido que quería jugar. También sé que no es un gran momento institucional, ni un momento en el que uno venga sabiendo que hay un súper equipo, pero vine para tratar de dar una mano.

-¿Alguno llega con más responsabilidad de ganar que el otro?

-No, creo que los dos llegan igual, pero nosotros tenemos el plus de jugar en casa, la gente va a estar de nuestro lado y que hay que ganarlo como sea.

-¿La gente será determinante?

-Sí, la gente hará la diferencia, más jugando en el Gigante. Me parece que lo vamos a sentir mucho. Anduvimos flojitos en la venta de entradas, ¡eh!! pero creo que nos vamos a rebuscar.

-Las agotaron en medio día ..

-Me parece que el Gigante está quedando chico. Vamos a tener que hacer otra bandeja.

-Si pudierás elegir un resultado, ¿te gustaría ganarlo ganarlo medio a cero en el último minuto o golear como en el 97?

-No, a mi me gustaría ganarlo como sea. A mí me quedó una frase de Miguel (Angel Russo), que decía los clásicos no se juegan, se ganan. Ahora si me das a elegir, le quiero hacer 20 goles.

-Hablando de la necesidad de ganar, ¿eso no puede ser contraproducente y que terminen priorizando el temor a perder?

-No, generalmente vas a buscar ganar hasta el último minuto, no creo que exista el miedo a perderlo. Yo lo quiero ganar y no me pasa por la cabeza eso.

-¿Para vos el clásico es una fiesta?

-Sí, por lo que viví y por cómo lo toma la gente de Central, que agotó las entradas, una vez más va a ser una fiesta ... azul y amarillo (dice ríendose).

-¿Es fiesta si ganás sino es un garrón...?

-Pero a mí no se me cruza por la cabeza no ganarlo. Y mirá que yo no le erro nunca en estas cosas. Me parece que otra vez vamos a estar parejitos en la gente, ¡eh!!, seguro va a haber igual cantidad de gente de Central que de la contra. Y la venta de entradas también estuvo parejita, ¿no?

-¿Cómo te imaginás el domingo a las 17.30, con el clásico ya terminado?

-Una fiesta azul y amarilla.

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El Chacho Coudet lo toma con humor pero con responsabilidad.

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