| miércoles, 11 de agosto de 2004 | Impulsan la participación de líderes comunitarios para erradicar la droga Médicos ratificaron los daños que produce la marihuana en el cerebro. Incluir a los jóvenes en actividades creativas fomenta la integración María Laura Favarel / La Capital La problemática del consumo de drogas y sus implicancias sociales ocupan extensos espacios en los medios de comunicación social. Sin embargo, desde el Estado se perciben políticas dispersas y esfuerzos individuales para modificar una tendencia con múltiples aristas.
Con el fin de orientar y formar líderes sociales en torno al tema, la Universidad del Salvador dictará en Rosario un master en drogadependencia que comenzará el mes próximo.
Previo al dictado del master se realizó en Rosario una jornada que contó con la participación del doctor Juan Carlos Negrete, psiquiatra argentino radicado en Canadá; el doctor Juan Alberto Yaría, director de un centro de rehabilitación de adictos en la provincia de Buenos Aires, y Mina Seinfeld de Carakushansky, presidenta del programa Forjando Liderazgo. La Capital entrevistó a los invitados quienes se mostraron contrarios a la política de reducción de daños.
"No pasa nada con un porro", es una frase frecuente entre los jóvenes que se inician en la droga. Sin embargo, los médicos confirman que los daños sobre el cerebro se producen en el corto plazo y son considerables.
Sumado a esto, la adicción a las drogas puede desencadenar psicosis (desorden mental caracterizado por la pérdida de contacto con la realidad como paranoia, esquizofrenia, desorden bipolar, entre otros).
Yaría explicó a este diario los daños de la marihuana en el cerebro. "Pocas veces se consume sola y representa, junto con el alcohol, la puerta de entrada al mundo de la droga", dijo.
"En Argentina se está dando una politoxicomanía. Se inician con alcohol o marihuana, pero rápidamente se introducen en otro conjunto de drogas de las cuales cada vez hay más opciones en el mercado".
Deterioro cognitivo Un cigarrillo de marihuana de vez en cuando puede parecer inocuo, sin embargo los daños quedan registrados en el cerebro. Las tomografías computadas permiten observar el deterioro del lóbulo cerebral a partir del consumo de estupefacientes. En el caso de la marihuana, produce deterioros cognitivos a nivel de la atención y la memoria que se evidencian rápidamente en el rendimiento académico.
Yaría desmintió que existan drogas "blandas o duras". Explicó que la marihuana que se usa hoy es hasta 30 veces más potentes de la que se consumía en la década del 60 y del 70 por el contenido de THC (tetrahidrocanabinol).
El cannabis es difícil de eliminar porque se deposita en las grasas del organismo. "Así como la cocaína se puede detectar en un análisis de orina a las 78 horas, en el caso de la marihuana se elimina recién al mes", explicó Yaría. Esta acumulación en el organismo produce trastornos más complejos como discalculias (trastornos en el cálculo aritmético), percepción distorsionada, dificultad para pensar y resolver problemas, pérdida de la coordinación, aumento del ritmo cardíaco, ansiedad y ataques de pánico.
Amante de los lípidos "Esto tiene su razón de ser en que la marihuana es amante de los lípidos", subrayó el especialista. En el organismo, los lípidos se encuentran en el cerebro, en el sistema inmunológico y en los ovarios y testículos.
El principal ingrediente activo de la droga es el THC (tetrahidrocanabinol) que se implanta entre los tejidos neuronales, en los lípidos alojados entre neurona y neurona, por lo tanto enlentece la estimulación nerviosa, la atención, la memoria y todos los procesos cognitivos.
En cuanto a los lípidos del sistema inmunológico, Yaría advirtió que "la droga actúa reduciendo su capacidad de resistencia y haciendo más vulnerable el organismo ante los virus y bacterias. Mientras que en ovarios y testículos puede generar trastornos en la función eréctil y en la menstruación.
A las consecuencias físicas y psíquicas del consumo de drogas se suman las cuestiones sociales. La persona se vuelve dependiente de una sustancia y pierde la libertad para dejar de consumir. Esto se hace evidente en que uno de cada 5 jóvenes que consumían esporádicamente a los 16 años, a los 21 se confirman como dependientes. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El tetrahidrocanabinol se implanta en los tejidos neuronales. | | |