| domingo, 25 de julio de 2004 | Roma 1960: Tras 52 años, la capital italiana tuvo su revancha Finalmente pudo ser la organizadora, tras el intento fallido de 1912 Tuvieron que pasar 52 años para que Roma tuviera los Juegos Olímpicos. Había sido designada en 1912 pero la erupción del volcán Vesubio y la necesidad de destinar los fondos del estado para las zonas afectadas dejaron de lado el sueño olímpico, que recién pudieron cumplir en 1964. La capital de Italia ofreció escenarios históricos para algunas competencias: en la basílica de Maxentius se realizó la lucha, deporte que se había practicado en ese mismo lugar 2000 años atrás; en las Termas de Caracalla hubo gimnasia; y en el arco de Constantino culminó el maratón. La villa olímpica consistió en un complejo de edificios que luego fueron destinados como viviendas para empleados públicos. Para financiar los Juegos se utilizó el dinero recaudado por el Totocalcio (similar al Prode). En el plano deportivo, apareció Cassius Clay, que luego cambiaría su nombre por el de Muhammad Ali, ganador de la medalla de oro en boxeo. Y un africano desconocido, Abebe Bikila, que venció en el maratón con una particularidad: corrió descalzó.
Con 18 años, Cassius Clay se consagra campeón olímpico. Cuando regresó a su país arrojó la medalla al río Ohio, disgustado porque lo discriminaron por ser negro y no lo dejaron entrar a un restaurante. En los Juegos de Atlanta 1996 fue el encargado de encender el pebetero olímpico y se le entregó una medalla para sustituir aquella que envió al fondo del río.
Hubo actuaciones individuales que pasaron a la historia porque registraron marcas relevantes. El danés Paul Elvstrom venció en Finn class de yachting por cuarta vez consecutiva y el sueco Gert Fredricksson consiguió en canotaje su sexta presea dorada.
La supremacía de Estados Unidos en atletismo empezó a decaer. Encima, en los 100 metros el alemán Armin Hary les arrebató la victoria y se convirtió en el primer ganador de la historia en esa prueba que no es originario de un país de habla inglesa.
Al menos Estados Unidos tuvo el halago de que Wilma Rudolph obtuviera tres medallas de oro en los 100, 200 y 4 x 100 metros.
En los 800 metros, el neocelandés Peter Snell venció con récord olímpico, triunfo que repetiría en Tokio 1964 en esa misma prueba y en los 1500.
La esposa del checo Emil Zatopek, Dana Zatopkova, se colgó la medalla de plata en lanzamiento de jabalina con 38 años y pasó a ser la atleta de mayor edad en subir al podio olímpico en atletismo.
En natación hubo rendimientos sorprendentes que permitieron bajar los récords mundiales en todas las pruebas. Lo mejor llegó con la estadounidense Christine Von Saltza, de 16 años, con cuatro medallas, tres de oro (400 metros y las postas 4 x 100 libre y 4 x 100 combinado) y una de plata (100 libre).
En gimnasia, la soviética Larysa Latynina prosiguió el excelente desempeño que inició en Melbourne 1956. En Roma consiguió seis medallas, 3 de oro, 2 de plata y 1 de bronce.
El soviético de origen ucraniano, Borys Shakhlin, alcanzó 4 medallas de oro, 2 de plata y 1 de bronce, que se sumaron a las 2 de oro conseguidas cuatro años antes en Melbourne.
Para el esgrimista húngaro Aladar Gerevich la edad no fue un límite para ganar en sable por equipos. A los 50 años se quedó con la décima medalla y la séptima de oro.
La página trágica de los Juegos fue el fallecimiento del ciclista danés Knut Jensen durante la prueba contrarreloj por equipos, debido al consumo de sustancias prohibidas y a una insolación.
Alemania quebró la hegemonía que mantenía Estados Unidos en el ocho par con timonel desde 1920.
Otra racha que se rompió fue la de India, que luego de seis títulos olímpicos en hockey, cayó con Paquistán. enviar nota por e-mail | | |