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 miércoles, 09 de junio de 2004

Cuestión de sangre en barrio Tablada
El 25 de mayo lo atacaron al salir de un boliche. Ahora lo balearon y está muy grave

Sergio Romero tiene 40 años y vive en el barrio Tablada, en el sudeste rosarino. Anoche estaba internado en la sala de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez y su estado era delicado. La tarde del martes, un balazo disparado por un desconocido le perforó la cadera y le interesó órganos vitales.

No es la primera vez que el nombre de Romero surge reflejado en la crónica policial. Es que la madrugada del 25 de mayo había sido emboscado por una patota cuando salía de un boliche céntrico. Entonces recibió una feroz golpiza que también lo obligó a permanecer internado un par de días en el mismo hospital. Ahora, a partir de algunos indicios, se tratará de establecer si ambos episodios están relacionados. "Debería intervenir la Justicia, porque es claro que la policía sabe de esta guerra y por complicidad o tolerancia con uno de los grupos no se mete", dijeron ayer a este diario vecinos del lugar.

El último ataque a Romero ocurrió a las 19 del lunes en Biedma y Ayacucho, muy cerca de su vivienda. Según reportó un oficial de la comisaría 16ª "un NN le disparó sin motivos aparentes y huyó del lugar". El tiro ingresó por el costado derecho de la cadera y quedó alojado en su cuerpo tras perforarle el intestino grueso. La lesión obligó a los médicos a practicarle un ano contra natura y algunas fuentes sostenían que su estado es grave.

A pesar de que la policía no tenía pistas concretas sobre quién atacó a Romero porque, según dijo el vocero de la seccional, no le pudieron tomar declaración, algunos vecinos del hombre denunciaron que el hecho ocurrió en "una zona liberada" en la cual impone el temor una banda.

Habitantes de la barriada contaron a La Capital que "la patota de Colón y Quintana", tal como se la conoce en la zona, está comandada por un joven apodado Torombolo, hijo de un suboficial de la policía al que se conoce como Mortadela. En tanto, dos presuntos secuaces de este muchacho, a los que se identificó como los hermanos Maximiliano y Andrés Rodríguez, fueron sindicados por las fuentes barriales como los autores del ataque a Romero.

"Ellos se pelean por el liderazgo del barrio y la comisaría no hace nada. Tienen una impunidad terrible. Con Torombolo y sus secuaces la 16 no se mete", reflejó un vecino que llamó a esta redacción.

El hombre no descarta que el tiro que hirió gravemente a Romero sea la segunda parte del ataque que el mismo hombre sufrió la madrugada del 25 de mayo cuando salía de Urban, en Tucumán al 1100.

Aquella noche, cuando llegó hasta la esquina de Mitre y Tucumán, Romero fue emboscado por "una patota de entre 10 y 15 pibes que lo rodearon para robarle", explicó entonces su hermano. Entre los agresores habrían estado los hermanos Rodríguez, y quizás también Torombolo.

Al parecer, Romero resistió el atraco y entonces padeció una andanada de puñetes y puntapiés, incluso lo golpearon con una baldosa. Sergio se desplomó desvanecido al suelo y los maleantes huyeron llevándose sus zapatillas y una cadena de oro. Poco después, en el Heca, le diagnosticaron traumatismo encefalocraneano con pérdida de conocimiento.

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