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 miércoles, 09 de junio de 2004

Dos policías de la 20ª indagados y complicados
Los acusan de dos chantajes. Están presos desde el domingo y ayer un testimonio los perjudicó en Tribunales

Una extorsión consumada, otra que se frustró e incumplimiento de sus deberes. Es la cadena de delitos por los que quedaron imputados un oficial auxiliar y un cabo 1º de la policía que trabajan en la seccional 20ª y están detenidos desde el sábado por orden de la jueza de Instrucción Carina Lurati. La declaración de una chica de 15 años, que se produjo ayer, terminó de complicarlos. Para los investigadores el caso está prácticamente esclarecido y ayer sólo faltaban un par de declaraciones de las víctimas para cerrar el círculo sobre los uniformados.

La extorsión comenzó a tomar forma el miércoles. Ese día los dos policías detuvieron la marcha de un auto ocupado por un joven y una adolescente. Como no tenían documentos los llevaron a la comisaría de Empalme Graneros para chequear sus antecedentes. Al comprobar que su prontuario estaba limpio no tuvieron más remedio que liberarlos, pero no quisieron que fuera a cambio de nada: al muchacho le exigieron 100 pesos para devolverle el auto.

Por alguna razón que los detectives desconocen, la chica se quedó en la comisaría. Entonces los policías decidieron sacársela de encima y urdieron una nueva maniobra: fueron hasta la casa de un hombre del barrio y le dijeron que la jovencita decía ser su nieta. Pero el objetivo era otro: exigieron que les entregara 300 pesos a cambio de que no lo acusaran de haber mantenido relaciones sexuales con ella.

Indignado, el hombre venció a sus propios temores y se decidió a denunciarlos. Eso ocurrió la madrugada del sábado. Ni bien se enteró del contenido de la denuncia, la jueza Lurati ordenó a Asuntos Internos que tomara una serie de medidas. Un par de horas después los libros de guardia de la comisaría ya habían sido secuestrados, y la mañana del sábado los dos policías, de apellidos Pleif y Sandoval, fueron detenidos.

En los libros estaba la primera prueba contra Pleif y Sandoval: eran ellos quienes habían intervenido en la detención por averiguación de antecedentes del miércoles. Y el mismo sábado el joven contó cómo ambos extorsionaron a su padre para devolverle el auto e identificó a los autores.

La situación de Pleif (oficial auxiliar) y Sandoval (cabo 1º) ya era sumamente comprometida, pero aún faltaba la declaración de la chica para corroborar la denuncia del hombre al que le pidieron 300 pesos para no acusarlo de abusar de ella. El problema es que ella había desaparecido. La policía la buscó dos días sin resultados hasta que finalmente la encontró. Fue el lunes a la noche y ayer la chica ya había declarado. Su relato confirmó lo que hasta ese momento era una sospecha y así la denuncia contra los policías se volvió absolutamente verosímil.

Además de imputarles tres delitos, la jueza decidió mantenerlos bajo arresto.

Además de la extorsión consumada y la que no llegó a concretarse, Lurati los indagó por incumplimiento de sus deberes. Es porque no constataron si realmente existía un parentesco entre el denunciante y la jovencita, ni constataron la identidad de ésta. La suma de las tres imputaciones deja al oficial auxiliar y al cabo 1º ante la perspectiva de una sanción penal grave, al margen de las medidas administrativas que pueda tomar la Jefatura de policía.

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