 | martes, 08 de junio de 2004 | Mientras estaban en el Heca los denunciaron como ladrones Los emboscaron, los balearon y para colmo pasaron la noche tras las rejas Dos primos fueron atacados al resistir el robo de su auto. Tras ser atendidos en un hospital fueron hasta laseccional 18ª. Allí quedaron presos porque había una denuncia en su contra. La policía reconoció su error María Laura Cicerchia / La Capital Bañados en sangre y con cuatro balazos incrustados en el cuerpo, los primos Ramón y Juan Bernardo Toloza llegaron a una comisaría para denunciar que cuatro hombres los habían asaltado y perforado a tiros en una emboscada al paso de su auto. Pero en lugar de ser tratados como víctimas, dijeron, uno de ellos pasó la noche preso y el restante esposado a la cama de un hospital. Hasta que 12 horas más tarde los policías reconocieron que se trataba de un error. "Te roban, te disparan y encima te meten preso", soltó con indignación el mayor de los primos al retirarse de la seccional 18ª con la marca de un balazo reciente en la mejilla y una expresión de cansancio digna de quien ha vivido una noche de pesadilla.
Todo empezó a las 20 del domingo cuando Ramón, de 47 años, manejaba su viejo Renault 18 acompañado por su primo Juan Bernardo, un año menor que él. Había salido de su casa en el barrio de Cabín 9, en el límite entre Rosario y Pérez, rumbo a la casa de su hermano Jesús Angel, de 36. Iba a pedirle que al día siguiente fuera a darle una mano en el horno de ladrillos de su propiedad. Antes de llegar, en la esquina de Lavalle y Amenábar, se toparon con una cubierta de camión sobre el asfalto y "dos pibitos de unos 5 y 7 años. Desvié a la izquierda y aparecieron dos tipos a cada lado del auto", relató Toloza.
El lugar donde lo interceptaron está a media cuadra de la casa de su hermano. Por eso el ladrillero, que conoce a los vecinos, pudo reconocer a uno de los cuatro jóvenes que lo emboscaron. Los muchachos lo abordaron con un reclamo unánime de dinero: "Dame la plata", gritaron nerviosos. Toloza les respondió que no tenía. "¿Con un auto así no tenés plata?", lo increpó uno de los asaltantes que sostenía un arma dentro del bolsillo de la campera.
El conductor le entregó al ladrón su billetera, que no tenía un peso. Pero la ausencia de dinero lo exasperó. "Se volvió loco. Estaba fuera de sí. Me quería sacar el auto", narró el ladrillero, quien respondió con una tajante negativa a esa exigencia. "Matame si querés, pero al auto no te lo doy", le contestó mientras descendía del vehículo por el que estaba dispuesto a entregar su vida.
"Si me querían matar lo iban a hacer igual", reflexiona ahora con tres plomos en el cuerpo. Entonces el maleante sacó el arma y tiró a matar. El primer disparo calibre 22 hirió a Toloza en la mejilla. El segundo le rozó la cabeza y el tercero le dio en el omóplato izquierdo.
Al primer estampido, su primo salió del auto para defenderlo, pero apenas pasó frente a la trompa del vehículo lo frenaron otros dos tiros. Uno le pasó zumbando sobre la cabeza y le rozó el cuero cabelludo. El otro penetró en su brazo derecho. Luego, dos de los asaltantes se fueron corriendo; mientras que el tirador y un cómplice entraron en una casa de la esquina.
El ladrillero supone que lo asaltaron porque no lo reconocieron: "Siempre voy al barrio con el camión volcador, pero esta vez fui con el auto". Tras el ataque, los Toloza llegaron a duras penas hacia la comisaría 13ª, de San Nicolás y Cerrito, la más cercana que conocía. Desde allí llevaron a los primos hasta el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), donde les dieron de alta tras un examen superficial. "No tenés nada", contó Toloza que le dijo el doctor, a quien no lo impresionó la bala alojada bajo su cuero cabelludo. Según dijo, sólo vendaron el brazo de su primo. "Ni siquiera me preguntaron el nombre", indicó.
Luego un familiar los llevó otra vez a la comisaría 13ª, donde les tomaron una declaración y tuvieron un altercado con el sumariante. Es que un amigo que acompañaba al ladrillero, impresionado por su pérdida de sangre, le pidió al oficial que suspendiera la declaración para buscar asistencia médica. "Usted si quiere mande en su casa. Esta es mi comisaría y acá mando yo", respondió, según Toloza, el sumariante.
Contradenuncia Desde la comisaría 13ª los dos primos fueron derivados a la seccional 18ª, que tiene jurisdicción en el lugar de la emboscada. Al llegar los dejaron detenidos por una denuncia que había interpuesto la dueña de la casa en la cual se habían refugiado los ladrones. La mujer dijo que fue agredida por "cuatro hombres" que se movilizaban en un auto similar al de Toloza.
"Me hicieron pericias para ver si había disparado y me dejaron detenido. A las 12 de la noche, como no aguantaba más el dolor y estaba mareado, me llevaron de nuevo al Heca, esposado. Este médico me dijo que tenía algo serio. Estuve toda la noche internado con suero y el pie derecho esposado a la cama. El vigilante me esposó y se fue a dormir", siguió denunciando Toloza. Mientras tanto, su primo herido pasó la noche en el penal. A las 9 de la mañana de ayer los liberaron a ambos. "Vos sos la víctima, disculpá la confusión", le dijeron en la guardia de la seccional.
Dueño de una fortaleza envidiable, Toloza no se dejó vencer por los tres tiros que tenía en el cuerpo. Una vez libre, se fue caminando desde el Heca hasta la comisaría de avenida Francia 3670. "Ahora me piden la tarjeta verde para devolverme el auto. ¿De dónde la voy a sacar si me la robaron?", hizo valer su lógica antes de salir de la comisaría, ayer al mediodía.
Entonces ya se había producido un allanamiento negativo en la casa donde se escondieron los ladrones, la misma donde reside la mujer que denunció las agresiones. "Se les recibió declaración a todos pero no se encontró relación entre las dos denuncias", dijo un vocero de la seccional. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Ramó Toloza recibió uno de los balazos en la mejilla. | | |