 | martes, 08 de junio de 2004 | Agradecimiento sincero Amaneciendo el 7 de abril y sin pensar que sufría algo serio, ya que tenía descompostura, llegamos con mi esposa al centro de emergencias de un tradicional sanatorio. Me atendieron enseguida de maravillas, me hicieron estudios, análisis y allí los doctores determinaron que debía quedar internado y que por ello llamarían al gastroenterólogo de guardia. Dios allí ya se dedicó por un tiempo a mí solo, ya que el diagnóstico resultó pancreatitis aguda, pero puso en mi camino a un doctor y ser excepcional, con el que todo se hizo más fácil. Me refiero al doctor Marcelo Mancini y a los doctores que siempre lo acompañaron, Pablo y Fernando, de los que desconozco sus apellidos. Hoy ya estoy prácticamente bien y es por eso que toda la familia quiere agradecer a Dios primeramente por haberme permitido salir de manera satisfactoria de tan difícil trance y por haberme hecho conocer a un médico de otro mundo, al sanatorio por tan buena atención, a las enfermeras del primer piso sector B, todos los turnos, y a las obras sociales Osdop y Amdop que se portaron muy bien. A todos muchas gracias.
Jorge Cepeda y familia
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