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 sábado, 05 de junio de 2004

Increíble. El accidente ocurrió en una plazoleta de Cipolletti, Río Negro, debajo del tendido de una línea de alta tensión
Un chico sobrevivió de milagro a una descarga de 132 mil voltios
Había tocado un cable con una cinta de embalar; se produjo una explosión que conmovió al barrio

Un chico de diez años recibió una descarga de 132 mil vatios pero salvó su vida por milagro en un barrio de Cipolletti (Río Negro), cuando estaba jugando junto con sus amigos en inmediaciones de una instalación de cables de una línea de alta tensión. El incidente se produjo en la tarde de anteayer en cercanías de un barrio Fonavi, en las afueras de la ciudad, por donde cruza la red troncal que abastece la región del Alto Valle.

Los chicos estaban lanzando por sobre los cables, tendidos a diez metros por sobre el nivel del piso, un lazo armado con una cinta de embalaje de polietileno que tiene una cara metalizada, la que al tocar los conductores produjo el arco voltaico cuando su extremo tocó el suelo.

El fogonazo alcanzó a un chico de diez años, Facundo Peletay, que estaba a dos metros de distancia y sus ropas quedaron hechas cenizas, pero sólo sufrió quemaduras de primer grado en el pelo, rostro y abdomen, por lo que fue atendido en el hospital local y pudo retirarse a su hogar.

En fuentes de la empresa mayorista de energía Transcomahue, que maneja las líneas de 132 kilovatios, se sostuvo que "es un verdadero milagro que el chico haya sobrevivido, porque una descarga de este tipo es siempre fatal".

"La línea está en perfectas condiciones de seguridad, en ese punto está a diez metros de altura cuando el estándar mínimo es de seis y todo fue consecuencia de un juego imprudente de niños. Ahora, lo que importa, es que esta clase de cosas no pasen nunca más" puntualizó un vocero de la empresa de energía.


Qué pasó
El hecho ocurrió en un barrio de 1.200 viviendas de Cipolletti, y pone en discusión el riesgo para la seguridad pública que representan los tendidos de líneas de alta tensión dentro del casco urbano de la ciudad o en zonas de caminos rurales.

Entre las 15,30 y las 16 de anteayer, Facundo estaba jugando con sus amigos en las plazoletas de la avenida La Plata, debajo de la línea de 132 kilovoltios que cruza la zona norte de Cipolletti, desde la ruta 151 hasta el paraje El Treinta.

El juego era imprudente: algunos arrojaban una cinta de polietileno metalizado de no menos de diez metros de largo con una madera en un extremo a modo de pesa hacia la panza que forman los cables entre poste y poste. En determinado momento, la cinta quedó enganchada en el cable, el viento la hizo flamear como un barrilete y, finalmente, tocó la tierra y produjo la descarga que formó el arco voltaico.

Fue una explosión que hizo temblar el barrio entero. Cristian, un chico de 11 años, estaba muy cerca de Facundo y vio cómo salía de la tierra un rayo como un fogonazo; el suelo comenzó a vibrar.

Según precisó el diario Río Negro, fue esa llama la que alcanzó a Facundo, le quemó el rostro y el torso, y le encendió los pantalones y las zapatillas; buena parte de ellos quedó reducida a una sustancia dura y negra. En la tierra quedó una marca que, a fuerza de pisotones, tardó horas en desaparecer.

El niño fue rápidamente conducido al hospital, donde se determinó que las quemaduras son de primer grado. Quedó internado en el sector de Pediatría.

Las madres del barrio están ahora sumamente preocupadas porque esas plazoletas de tierra y piedra son el único lugar donde sus hijos pueden jugar.

La línea pertenece a la empresa estatal rionegrina Transcomahue, fue construida en 1970 por Agua y Energía, y abastece, desde la estación transformadora Alto Valle, en Neuquén, a casi todo el Alto Valle. Recorre unos dos kilómetros dentro del sector urbano de Cipolletti a través de las calles Santa Cruz y La Plata.

El barrio construido a ambos lados de la línea fue inaugurado a principios de los 90. Es el plan de viviendas más grande de la ciudad.

Hace dos años una línea de menor tensión, 13.200 voltios, hizo contacto con el cableado del teléfono y casi provoca una tragedia en los barrios Capellán y Manzanar porque se coló por el conducto equivocado y no provocó una tragedia sólo porque nadie estaba hablando por teléfono en ese instante.

En noviembre de 2002 un poblador de la Línea Sur pasó, montado en su caballo, debajo de la línea de 132 kilovoltios Alicurá-Pilcaniyeu. Un arco voltaico lo mató en un instante.

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El lugar donde ocurrió el hecho. (Gentileza Diario Río Negro)

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