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 sábado, 05 de junio de 2004

"Destino de gloria". El actor presenta su espectáculo en la Fundación Astengo
Gasalla: "Si un programa no tiene rating, se transforma en una mala palabra"
Adelantó cómo será su nuevo ciclo que comenzará los primeros días de julio próximo por América

Rodolfo Bella / La Capital

Antonio Gasalla mostrará en Rosario su espectáculo "Destino de Gloria", hoy, a las 21, y mañana, a las 20.30, en el teatro Broadway, San Lorenzo 1223. El actor se presentará acompañado por un elenco de bailarines y la primera vedete María Gianmaría, tal como lo hizo en Mar del Plata en la temporada pasada. Gasalla también adelantó a La Capital cómo será su regreso a la televisión por la pantalla de América en julio próximo.

-¿A qué se refiere con "destino de gloria"?

-Hay un destino que tenemos, que en el fondo es el destino de los pueblos que vivimos más abajo, en otro mundo, porque hay varios mundos. Creo que nuestro destino es un poco escuchar lo que nos dicen todo el tiempo, a veces sacar pocas conclusiones; a veces dejar que nos vivan nuestra propia vida. Es un poco el destino de los pueblos que no son primer mundo en este siglo.

-¿Existe un entusiasmo siempre renovado, casi inocente?

-Creo que hay una cosa que por suerte tenemos los seres humanos que es rebotar. Cuando uno llega a ciertos niveles por allá abajo, quizás llegás al fondo y subís un poco. Argentina tiene un destino errático de subir y bajar. En parte dependemos de la gente que elegimos, entre comillas, para que nos gobierne y después estamos a merced de una especie de corporación política que siempre termina haciendo lo que quiere. Las reglas del juego son esas: la encerrona de la cosa representativa, republicana y federal. Parece que elegís un representante que después te representa poco. Por suerte, creo que también hay ciclos, y así es la historia de la humanidad: venimos de años muy terribles y creo que hay una especie de pequeño repunte. Parecería, porque hay que hablar todo en un condicional muy condicional, que por lo menos se estabilizó esa horrible caída económica y financiera.

-¿La única solución es tomárselo en broma?

-No es broma, es leer la realidad con un poco de humor, que es distinto. La broma de alguna manera es molestar, cargar, joder. El humor de alguna manera te hace recapacitar. Se puede ver con el ejemplo de otros presidentes que venían con el humor incluido... Es decir: uno puede a través de una reflexión con humor frenar un poco el horror; cuando vos te podés reír de algo es porque lo estás dominando un poco.

-¿Es fácil tratándose de su trabajo?

-Ojalá fuera fácil... Como en todas las profesiones, a uno se le va haciendo una especie de técnica, ya sea el médico para no sufrir cuando opera, o el humorista para encontrarle la vuelta al drama. Justamente, encontrarle la vuelta, hacer bromas o hacer chistes no es tan difícil, el tema es reflexionar con humor para que el ida y vuelta con la gente sea una cosa sana, o por lo menos positiva. Porque pararse en un escenario y hablar de la nariz del presidente o de los ojos torcidos no es difícil; el tema es qué conclusión sacamos de esto que nos pasa. Por ahí es una pretensión demasiado megalómana de los artistas.

-También es un trabajo del público...

-Si, pero a veces el público les da crédito a los artistas y nosotros agarramos eso y de alguna manera nos sentimos con derecho a todo. Como a los actores en general el pueblo los ama, hasta que los odia (risas) mientras les dan el crédito, digamos que te sentís respaldado.

-¿Cómo enfrentó este período de receso en la televisión?

-Con mi programa trabajé doce años y realmente hice un montón de cosas distintas en un momento de la televisión y estoy muy satisfecho. También hice dos o tres cosas en "Tiempo final" que me gustó mucho hacer, pero también hace casi tres años que estaba sin mi programa y la verdad que no sentía ninguna angustia.

-¿Cómo afectó el rating a su trabajo?

-A nadie le gusta el tema del rating. Es como convivir con algo que asusta. Es muy estresante estar esperando al otro día para ver cuánto hiciste. Todos sabemos que el rating no es del todo verdad. Uno termina conviviendo con eso porque es el referente que tiene el canal para saber cómo le va al programa. Es una cosa perversa porque nadie cree en el rating, pero los que tienen que invertir en la publicidad se fijan en eso, el canal se fija también y vos terminás fijándote. El tema es cómo convivir con una cosa horrenda como a veces te pasa en la vida y está en uno si eso es motivo para que te salga una úlcera o para poder sobrevivirlo.

-¿Por qué vuelve?

-Porque insistieron mucho. Después del 2000 que paré un poco tenía como la inercia que la tiene cualquier profesión, donde de golpe frenás y sentís que te falta la vida, pero empecé a recuperar mi vida, mis afectos, mi tiempo y estaba realmente muy contento. Insistieron mucho y a uno le pica por volver.

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"Si hay que matar a alguien por rating se lo mata".

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