Gran emoción en el acto realizado en la histórica esquina de Alem y Gaboto

Más de 10 mil personas pidieron ayer la devolución de la sede de la Biblioteca Vigil

León Gieco y Liliana Herrero brindaron un recital gratuito y clamaron por la restitución del inmueble usurpado en 1977

La emoción se adueñó anoche de más de 10 mil almas que coparon la mítica esquina de Alem y Gaboto. Chicos, adolescentes, y los ahora ya no tan jóvenes se reunieron para reclamar que la sede de la Biblioteca Constancio C. Vigil, que hace 27 años fue usurpada, "vuelva al pueblo". Todos los concurrentes, en su mayoría vecinos del barrio La Tablada, corearon cada uno de los temas que cantó León Gieco junto con Liliana Herrero y el grupo rosarino Gato a la Naranja.

"Creyeron que sólo quemaban libros, no pensaron que despertarían conciencias. La Vigil vuelve al pueblo ahora". Esa era la frase estampada en un enorme pasacalle que sirvió de telón de fondo en el escenario montado sobre Alem y donde Gieco interpretó muchos de sus éxitos.

Padres con sus hijos en brazos, adolescentes saltando y bailando y Madres de de la Plaza 25 de Mayo vibraron con cada uno de los temas que tanto Gieco como Herrero cantaron para darle calor al acto, que los mismos organizadores calificaron como "una fiesta popular" a la que asistieron, según sus cálculos, "más de 10 mil personas".

El intendente Miguel Lifschitz y el subsecretario de Cultura de la provincia, Raúl Bertone, se hicieron presentes en el lugar y comprometieron sus acciones para recobrar la sede de la Vigil.

"Hay que recuperar el edificio para el pueblo y para la ciudad", gritó desde el escenario Lifschitz, y en el mismo tono efusivo agregó que hay que trabajar "para que Rosario vuelva a ser pionera en educación, como lo fue con la Escuela Serena de las hermanas Olga y Leticia Cossetini".

Pero el intendente fue más allá y habló de pugnar por "un proyecto de educación popular en manos de la gente", al tiempo que criticó "los programas educativos que se diseñan en los gabinetes de la burocracia", ya que "tienen que ser construidos por el pueblo con su organización".

Ex alumnos y dirigentes de la vieja Vigil repasaron el proyecto educativo y cultural que fue abortado hace poco menos de tres décadas, en febrero de 1977, cuando la institución fue intervenida y luego desmantelada, usurpada y robada por la dictadura militar.

"Vecinos, hagamos todo lo posible para que la Vigil vuelva a nosotros y para que este proyecto tenga la fuerza suficiente para crecer y recrear nuestro viejo sueño que era realidad", afirmó Alberto, uno de los integrantes de la ex comisión directiva que ahora forma parte del grupo que trabaja en pos de resucitar aquel plan progresista.

Los "históricos" dirigentes de la Vigil siguieron de cerca y muy emocionados el acto, que siguió hasta pasadas las 21. También participaron funcionarios provinciales, municipales, concejales y diputados nacionales. Pero el que cosechó todos los silbidos y los abucheos fue el gobernador Jorge Obeid, quien no concurrió pero mandó su adhesión mediante un fax.

"Activar este lugar, que será un gran centro de cultura, es también una forma de incentivar la memoria y la vida", dijo Gieco en diálogo con la prensa, poco antes de subir al escenario. El cantautor rosquinense confesó que no podía estar ausente frente a esta causa. "Estoy acá porque me dedico a esto, a luchar por la memoria, a pelear por la justicia y por los derechos humanos".

En ese sentido, consideró que "la gente está tomando conciencia de la importancia de defender los derechos humanos", y subrayó que la Argentina "hoy tiene un presidente preocupado por este tema, y eso representa un cambio muy grande e importante".

Miles de rosarinos corearon anoche los temas musicales.