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 sábado, 05 de junio de 2004

Desorientados. Las dependencias que se avienen a modificar sus jornadas lo hacen con distintos criterios
Los cambios de hora traen más confusión que ahorro de luz
El gobierno fue perdiendo uno a uno los organismos a los que quería comprometer con su plan

Los cambios de horario en algunas oficinas públicas provinciales parecen generar hasta ahora más confusión en la gente que ahorro energético. Es que a la propuesta del gobernador Jorge Obeid cada organismo, propio y ajeno, respondió a su antojo, con lo que nadie sabe a ciencia cierta a qué horarios atenerse. Mientras tanto, áreas fundamentales como la Municipalidad de Rosario, las escuelas y los Tribunales decidieron que mantendrán sus horarios de trabajo habituales, y tampoco se redujo el alumbrado público, con lo que el proyecto quedó convertido más en una carta de intención política que en un paquete de medidas efectivas para sanear la crisis.

El 17 de mayo la provincia lanzó un plan para reducir el gasto de energía y no tener que aplicar premios y castigos por el consumo, como lo había anunciado la Nación y lo puso en práctica a partir de esta semana. En ese paquete figuraban medidas como el retraso en el comienzo de las actividades en la administración pública y en las escuelas provinciales, desalentar los espectáculos públicos nocturnos, reducir el servicio de alumbrado público y prohibir el uso de cartelería luminosa de noche.

Pocos días antes, la Empresa Provincial de la Energía había anunciado también su programa "Ahorro solidario por cien días" con el que pretendía reducir más de un 5 por ciento el consumo de energía. Las bases del programa eran similares a las que luego expuso Obeid, aunque agregaban la promoción del ahorro energético de las empresas a partir de las 19. Este plan, que sería anunciado conjuntamente con las empresas de Entre Ríos y Córdoba, finalmente no se aplicó.

"Uno de los temas más interesantes es la posibilidad de modificar los horarios de la administración pública, no sólo provincial, lo cual implica también el horario de las escuelas, sino también los de las administraciones públicas de los municipios y comunas", dijo Obeid cuando hizo pública su idea.

Pero inmediatamente el intendente Miguel Lifschitz aclaró que a la Municipalidad no le competía cambiar sus horarios porque esa administración arranca a las 8, o sea "bien de día".

Después, el 20 de mayo, la Municipalidad local se bajó oficialmente del plan de ahorro provincial y rechazó una de las medidas que parecía de más impacto: la reducción en un 30 por ciento del alumbrado público. Es que, según un informe de la Secretaría de Servicios Públicos, la incidencia de este servicio sobre la energía que provee la provincia es de apenas el 0,8 por ciento. Esto significaba que una reducción de la tercera parte no tendría impacto importante en el ahorro energético, y sí en la seguridad, que el municipio no está dispuesto a resignar.

Un día después, el 21 de mayo, el mismo Ministerio de Educación salió a aclarar que las escuelas mantendrían su horario de clases. El razonamiento era simple: con la continuidad horaria, lo que se atrasa a la mañana también se atrasaría a la noche, con lo que al final se gastaba igual. Y aunque no lo argumentara públicamente, es más que probable que la ministra Carola Nin haya sopesado los inconvenientes y engorros que la medida podía generar en cientos de miles de familias santafesinas que organizaron sus vidas de acuerdo al horario escolar.

Así, uno tras uno se le fueron cayendo al gobernador los sectores comprometidos con su estrategia.

Finalmente, Obeid firmó el lunes el decreto que establece el nuevo horario de la administración pública: de 8 a 18. Este horario regirá hasta el 8 de septiembre y se complementa con otras medidas de intención, como una comisión de enlace de uso racional de la energía, una campaña publicitaria de la EPE y hasta la incorporación del ahorro energético a la currícula escolar.

Pero no todos los organismos provinciales acataron la orden de la misma forma, y algunos directamente no lo hicieron. Por ejemplo, mientras Catastro se aviene a comenzar la jornada a las 8 (hasta las 15); la EPE lo hará a las 8.15, igual que el Registro de la Propiedad. Pero mientras la empresa energética trabajará hasta las 14, el Registro lo hará hasta las 13.30. Y Catastro modificó la atención al público desde las 8.30 a las 12.30, o sea que redujo su jornada frente a los contribuyentes.

Iapos, por su parte, empezó a trabajar ayer a partir de las 8.30 y hasta las 14, pero tanto el Registro Civil como la API siguieron y prevén seguir con su jornada habitual de trabajo: de 7.30 a 12.30 y a 13.30 respectivamente. Y la Justicia aclaró que no habrá modificaciones en sus oficinas.

Lo cierto es que las disparidades en las variaciones horarias ya comenzaron a crispar los ánimos de los contribuyentes. Y los mayores enojos se vivieron en el Registro de la Propiedad, que recién comenzó a atender esta semana después de un paro de 14 días y sus empleados cortaron la atención a las 12.30 en punto, "como marca el reglamento".

La decisión generó una andanada de críticas por parte de los numerosos contribuyentes que atestaron las oficinas desde muy temprano y tuvieron que irse con las manos vacías pasado el mediodía.

Así las cosas, y de cara a la semana entrante, los horarios de las oficinas públicas serán por demás de disímiles y, a juzgar por el panorama que se presenta, la idea del gobernador parece haber quedado hasta ahora en una carta de intención política.

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En Catastro también redujeron la atención al público.

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