| | domingo, 30 de mayo de 2004 |
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-La columna de hoy será desenfadada, despojada de estructuras, formalismos y cánones inútiles. La columna de hoy no respetará formalismos, ni columnas rígidas y sin embargo aspira el constructor a que el derrumbe no corone la tarea. La comienzo así para vos, Inocencio, para vos que sos uno de los miles de lectores que este domingo en su casa o en un bar está leyendo el diario. ¿Es justo que viva la tristeza injusta? ¿Es justo que viva el sufrimiento inútil? ¿Es justa la preocupación fútil y cotidiana?
-Rompemos con las reglas, Candi, me tratás de vos, me hacés preguntas que tengo ganas de escuchar, pero no de responder. Hacelo vos.
-Conozco a un ser esencialmente bueno, talentoso, profesional que hace dieciséis años fue operado de cáncer. Le extirparon dos pechos y una parte axilar. Para una mujer una operación de ese estilo significa un antes y un después (como ella misma me lo dijera cierta vez) y significa que cada año sobrevuele el fantasma del maldito cáncer cuando debe hacerse los estudios de rigor. Días pasados entró en un fuerte cuadro de congoja al reparar en ciertos síntomas. Ayer me envió este mail y lo quiero compartir con vos Inocencio, con vos lector: "Hoy sería el cumpleaños de mi vieja, así que con el pensamiento mágico dominándome me hice la resonancia ¡No tengo metástasis! Estaba reconvencida de que estaba comprometida mi salud, de ahí algunas cuestiones inexplicables que lindaron con la irresponsabilidad total. ¡Gracias por el aguante! Seguiré haciéndome todo para ver como estoy en el resto del cuerpo, pero hoy en especial, tuve la sensación de que me había puesto de novia otra vez. ¡Otra vez de novia con la vida! Ahora otra historia, ésta no tan feliz.
-Después de cinco operaciones y varios años luchando contra el cáncer, hace unos días murió el papá de otra amiga. Este buen hombre, porque no cabe duda alguna de que es un alma noble, no dejó, hasta último momento, de ir a su estudio, a su lugar de trabajo, ni dejó de revolcarse por el suelo para jugar con sus hijos más pequeños a pesar de todo. Unas horas antes de morir, cuando lo trasladaban una vez más al sanatorio (¡una vez más de las tantas y la última!) me dijeron que dijo en el auto: "¡¿Cuándo tendré un poco de paz?!". Dios lo escuchó, porque lo convocó a su corte rato más tarde. Cuando le dije a mi amiga (que anda por la vida con una entereza que honra a su padre) que estaba yo escéptico, angustiado por tantas injusticias, me regaló una sonrisa y un sutil reproche. -"¡Justamente vos!", eso fue lo que dijo, lo escuché muy bien.
-Ese "¡Justamente vos!" fue y es muy fuerte. Ella me colgó en el cuello así, lisa y llanamente, la responsabilidad de que no decaiga mi compromiso con la vida. Un compromiso que a veces anda a los tumbos, cuando no decididamente por el suelo, pero entonces viene "algo" como el sutil y sonriente reproche de mi amiga o como ese mail que me mandó mi otra amiga con letras relampagueantes y doradas que dicen: "¡No tengo metástasis!". Yo sé muy bien que es Dios, mi Hashem, nuestro Hashem que pone ese "algo" en mi vida para que me pregunte ¿Qué estoy haciendo aquí? Esa pregunta, eterna, infinita, indispensable la quiero compartir con vos Inocencio, y con vos lector.
-Adelante, Candi.
-¿Qué estás haciendo preocupado por el banco, por la deuda, por los vencimientos de la semana próxima? ¿Qué estás haciendo preocupado porque no pudiste cambiar el auto, o porque te lo chocaron, o porque se te rompió el motor? ¿Qué estas haciendo preocupada porque tenés kilos de más, o porque no te pudiste comprar la fragancia importada? ¿Qué estás haciendo preocupado porque ascendieron a Juan y a vos te dejaron en la lona? ¿Qué estás haciendo preocupado y haciéndote todo un rollo porque tu hijo anda mal en historia? ¿Qué estás haciendo que no abrazás a tu pareja sólo por orgullo o amor propio? ¿Qué estás haciendo que...? Pará un poco Inocencio, pará un poco lector. Detenete, no tenés metástasis, da gracias a Dios abrazando a ese ser querido que tenés al lado, mandá al cuerno los problemas cotidianos, ponete de novio con la vida sin más pérdida de tiempo y pedí por todos los que hoy están llorando.
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