| domingo, 11 de abril de 2004 | "Historia de mi madre": Una protagonista de dos vidas Nadie es una isla en el medio del océano y sumergirse en el arduo trabajo de reconstruir los acontecimientos de toda una vida merece un ejercicio de reflexión para con uno mismo y para con las demás personas que, queridas o no, han pasado por el camino terrenal de uno mismo. Ese sea quizás el anzuelo y el ardid de "Historia de mi madre". Porque el libro presenta una pretendida biografía de Angélica de Arcal cuando en realidad el personaje principal es Angélica Gorodischer. Escrito en primera persona y ordenado por las fechas en que, al parecer, surgen los recuerdos, el texto se mueve en torno a ella y, por supuesto, a sus afectos, entre ellos, su propia madre.
Entonces la pregunta cae de madura: ¿En realidad, el libro no debió llamarse "Historia de mí, madre"? Los disparadores siempre son legítimos. Pero sucede aquí que el centro de los recuerdos es la propia autora. De esta manera, el libro ofrece anécdotas y relatos de la vida de Gorodischer, en relación a su madre y su familia, apelando a viejas imágenes de Buenos Aires y Rosario, y a la formas estilísticas de presentar la realidad como en aquellas épocas.
En ese aspecto "Historia de mi madre" es un hallazgo, porque la vida de Gorodischer puede tranquilamente compararse a la de cualquier rosarino que tuvo una vida cultural dinámica e interesante. Por lo demás, el libro expele un carácter naif que asimila los gustos y las andanzas de una infancia feliz y de una madurez en armonía. Aunque pone el acento en no cometer el pecado de anteponerse a la historia. Si hasta a lo mejor, las protagonistas no sean Angélica madre ni Angélica hija, sino la vida, las sensaciones que se guardan en el corazón, los recuerdos que anidan en nuestra memoria, los dichos de la familia y las ganas, imperceptibles e ilusorias, de que las cosas se repitan.
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