Agrandaditos

Los pibes de Central liquidaron a Racing

Vencieron 3 a 1 y obtuvieron los tres puntos por primera vez en el Clausura

Sergio Faletto / La Capital

Sorpresa y media. Miguel Angel Russo abrió el kinder canalla y presentó en sociedad a sus Agrandaditos. Los que con cualidades técnicas y osadía ejecutaron un planteo táctico que se aproximó a lo ideal. Más que suficiente para dejar sin argumentos al Racing del Pato Fillol, el que llegó a Rosario como banca y se fue sin siquiera un punto. Porque los canallitas, apuntalados por la actitud del Oveja Talamonti y las palabras de Vitamina, no sólo se quedaron con el invicto de los albicelestes sino que le abrieron una enorme puerta al futuro de Central. Esta vez no sucedió lo lógico. Esta vez los pibes jugaron y los mayores acompañaron. Juntos se divirtieron e hicieron añicos los pronósticos. Porque además de ganar 3 a 1, edificaron la mejor producción futbolística de este 2004.

Central se paró de movida sin complejos. Hasta con autoridad. Y de no haber sido por un error compartido entre Papa (por no despejar rápido originó un córner) y Castellano (no salió a despejar en el centro), Lisandro López no hubiera cabeceado al gol el tiro de esquina que envió Mariano González. Pero esto sirvió para que este equipo auriazul le aportara un mérito más a su actuación: la capacidad de reacción.

Sin ansiedades ni apresuramientos, los de Russo no se apartaron de su convicción. Y desde una marcación escalonada y apertura de juego con rotación permanente, Central fue elaborando un rendimiento sincronizado que comenzó a herir el orgullo de Racing.

El anfitrión maniató a los creadores rivales y desplegó su fútbol colectivo. Rápidamente Irace construyó por la izquierda la hoja de ruta al arco de Cuenca. Por el otro costado Encina enloqueció a cuanto rival se le antepuso. Y Talamonti no sólo cerró los caminos sino que también abrió el de la igualdad. El propio Irace hizo un tiro libre certero que cabeceó Acuña y la pelota fue devuelta por el travesaño, pero el Oveja la capturó y la clavó en la red.

Con el empate logrado, este joven Central empezó a convertir a Racing en una oferta. Recuperación rápida de pelota, circulación permanente y destino preciso en los pases conformaron la mejor imagen táctica centralista en lo que va del año.

Y si la cuota de juventud no hubiera sido suficiente, el DT canalla reemplazó al chileno Acuña por Renzo Ruggiero, quien tras unos minutos de imprecisión se afianzó y se sumó a la mejor de las rebeldías en el fútbol.

Esta diferencia futbolística entre Central y Racing se hubiera reflejado en la red mucho más temprano, pero el Yerbatero se erró un gol increíble al definir muy mal una asistencia de Irace.

Pero cuando los chicos se encaprichan, tarde o temprano consiguen lo que quieren. Y el 2 a 1 llegó gracias a Cámpora, que concluyó una jugada que comenzó en los pies del Yerbatero e hizo escalas en Encina y Ferrari.

Russo, entusiasmado por los refuerzos conseguidos en la propia cantera, lo mandó a Lorenzetti. Y el petiso puso un toque más de fantasía previo al tercer gol, el que justamente hizo el Sapito Encina, quien festejó como un pibe al que le regalaron el juguete deseado.

Central liquidó a Racing. Le ganó en todos los aspectos. Gracias a una travesura de los pibes que crecen. Y crecen jugando.

Matías Irace y Ferrari abrazan a Cámpora, el autor del segundo gol canalla.