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 sábado, 06 de marzo de 2004

Charlas en el Café del Bajo

-"Ustedes cuando aman/exigen bienestar/una cama de cedro/y un colchón especial./Nosotros cuando amamos,/es fácil de arreglar/con sábanas qué bueno,/ sin sábanas da igual./Ustedes cuando aman,/calculan interés/y cuando se desaman/ calculan otra vez./Nosotros cuando amamos/es como renacer/ y si nos desamamos/no la pasamos bien./Ustedes cuando aman/son de otra magnitud/hay fotos, chismes, prensa/y el amor es un boom./Nosotros cuando amamos/es un amor común/tan simple y tan sabroso/como tener salud./Ustedes cuando aman/consultan el reloj/porque el tiempo que pierden/vale medio millón./Nosotros cuando amamos,/sin prisa y con fervor,/gozamos y nos sale/ barata la función/Ustedes cuando aman/al analista van,/él es quien dictamina/ si lo hacen bien o mal./Nosotros cuando amamos/sin tanta cortedad/el subconsciente piola/se pone a disfrutar./Ustedes cuando aman/exigen bienestar una cama de cedro/y un colchón especial./Nosotros cuando amamos/es fácil de arreglar,/con sábanas qué bueno/sin sábanas da igual".

-Un hermoso poema de Mario Benedetti con el que recibimos este fin de semana junto con Inocencio. Seguramente usted, amigo lector, estará preguntándose ¿Por qué? Bueno pues a veces los sinsabores de la vida cotidiana se extienden más allá de lo debido y los sábados o domingos, que Dios los hizo para el descanso no sólo físico, sino mental, pasan a ser una extensión para que sigan vivos y coleando todos esos males que diariamente afectan. Por eso nos pareció apropiado comenzar nuestra charla del sábado con este poema de Benedetti, simple, pero inmensamente profundo.

-Para que lo compartan especialmente esas parejas que llegan los viernes a la noche extenuadas, física, mental y espiritualmente. En casi todos los casos con una pesada carga que imponen "otros" y cuyo contenido fundamental es, usualmente, la injusticia. A veces tanto es este contenido que uno va hasta la heladera el sábado en la tarde, (generalmente en ciertos días del mes), y no encuentra aquello que hubiera deseado degustar ¿Por qué? Pues no será la única y desafortunadamente la última vez que a esa pregunta corresponda la respuesta: "Porque el presupuesto familiar no alcanza". La frustración que sigue a veces se descarga, de una u otra forma, contra el compañero y nada nuevo decimos si decimos (nos gustó la repetición) que el amor se desgasta por culpa de "los otros".

-En estos casos nada mejor que recordar a Benedetti, abrazar a la pareja y decir: "con sábanas que bueno, sin sábanas da igual". Y esto no significa la aceptación de la frustración, ni la resignación ante la injusticia. Muy lejos estaría el poeta uruguayo de aceptar tal cosa. Pero sí contempla, sobretodo, el robustecimiento del amor ante la adversidad, de manera que "los otros" al fin y al cabo no se salgan con la suya, porque de tal forma se estaría cediendo la victoria. Y la victoria ciertamente siempre será petenencia de las causas justas, del amor.

-Eso es precisamente lo que me transmitió esa parejita de ancianos en ese atardecer reciente cuando tomados de la mano andaban vendiendo repasadores por las calles de Rosario para poder "sobrevivir". Ellos tal vez hubieran podido tomar otro camino: el de la bronca mutua y sin sentido, el de la depresión, el de apurar la partida; pero no, eligieron el más hermoso: el del amor.

-Por eso, amigo lector, si este fin de semana usted llega a esta posta de descanso abrumado por algún problema, la receta es un abrazo, un "te quiero" y si hay sábanas ¡qué bueno!, sino las hay, da igual.

-No tenemos dudas con Inocencio de que si esta columna la hubiera construido con sus palabras Benedetti hubiera sido perfecta. Y acaso la hubiera terminado de esta forma: ¿No es este acaso el instante mágico, sublime, de intercambiar suaves miradas y dejar que los labios tejan con un suave susurro una manta que tape cada pena? Por eso, no te prives de decirle: "Si te quiero es porque sos/mi amor mi cómplice y todo/y en la calle codo a codo/somos mucho más que dos./Y por tu rostro sincero/y tu paso vagabundo/y tu llanto por el mundo./Porque sos pueblo te quiero/y porque amor no es aureola/ni cándida moraleja/y porque somos pareja/que sabe que no está sola./Te quiero en mi paraíso/es decir que en mi país/la gente vive feliz,/aunque no tenga permiso./Si te quiero es porque sos/mi amor mi cómplice y todo/y en la calle codo a codo/somos mucho más que dos". Mañana, un invitado especial.

Candi II

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