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 sábado, 06 de marzo de 2004

El gobierno no quiere ceder la facultad de recaudar tributos e impuestos
La provincia se resiste a otorgarle una autonomía plena a Rosario
La convocatoria a un plebiscito para junio que anunció Lifschitz generó reacciones en la ciudad de Santa Fe

Carla Rizzotto / La Capital

El ministro de Gobierno de Santa Fe, Alberto Gianneschi, dejó ayer en claro que la provincia se resiste a otorgarle una plena autonomía municipal a Rosario. Si bien se mostró a favor de que la ciudad sea políticamente autónoma, su postura fue inflexible a la hora de pronunciarse a favor de que el municipio goce del derecho de recaudar tributos e impuestos que hoy llegan a las arcas santafesinas. "La autonomía financiera hay que discutirla y analizarla porque los impuestos provinciales los debe recaudar lógicamente el gobierno santafesino", manifestó ayer a La Capital.

El municipio, en tanto, prepara los mecanismos necesarios para presionar a la clase política y la burocracia santafesina para que concedan la autonomía: instalará el debate en la Facultad de Derecho y en el resto de la Universidad, creará un foro de discusión con empresarios e instituciones locales, y coronará la jugada con un plebiscito que se realizará en junio próximo para definir los alcances de la autonomía que quieren los rosarinos, tal como lo anunció anteayer el intendente Miguel Lifschitz en la apertura del período de sesiones ordinarias del Concejo Municipal.

En el discurso que pronunció ante los ediles, Lifschitz volvió a reclamar por la autonomía municipal para Rosario, una facultad que desde hace diez años le confiere la Constitución nacional pero no la voluntad política de la provincia. Desde la reforma del 94, el artículo 123 de la Constitución literalmente "obliga" a las provincias a "asegurar" la autonomía a sus municipios.

Este derecho, que es negado a Rosario, modificaría las decisiones de la ciudad desde todo punto de vista: político, institucional, administrativo y económico. Y justamente el último es el que más resistencia provoca en la clase dirigente de la capital provincial.

Y las razones resultan obvias teniendo en cuenta que con la autonomía Rosario podría crear, modificar, aumentar y recaudar tributos e impuestos que históricamente ingresan a las arcas provinciales, y que luego se coparticipan a los municipios y comunas.

Un ejemplo sería que en vez de que los rosarinos paguen la patente automotor a la provincia, y ésta mande el 90 por ciento de esa recaudación de vuelta, se haga al revés, es decir, que la cobre el municipio y gire el 10 por ciento a la provincia.


Algunos pesos menos
En este sentido, Lifschitz detalló anteayer que Rosario "se queda sin 10 millones de pesos anuales por la decisión provincial de no actualizar la valuación de los vehículos al cálculo de la patente única".

Pero también puso el énfasis en la injusta distribución de la coparticipación que realiza la provincia, y puso como ejemplo el impuesto a los ingresos brutos. En este sentido, el actual secretario de Hacienda de la Municipalidad, Carlos Fernández, dijo que pese a que aumentó la recaudación de este tributo, Santa Fe le gira a Rosario la misma plata. "Así el municipio pierde una cifra de 15 millones de pesos por año", detalló el funcionario.

Por eso el ministro de Gobierno de Santa Fe se mostró ayer cauto a la hora de considerar si Rosario debería tener autonomía financiera. "La facultad económica hay que verla y discutirla porque se puede generar una doble imposición. La cuestión recaudatoria hay que analizarla muy bien", advirtió Gianneschi.

El ministro sí se mostró a favor de que Rosario sea políticamente autónoma. "En el sentido político creo que no habría problemas", dijo. Entre otras cosas, esa facultad le permitiría elegir su propia forma de gobierno: incluir en el Concejo, por ejemplo, representantes por distrito de la ciudad (y no sólo por partido político), eliminar la ley de lemas para sus elecciones municipales y decidir si a nivel local mantiene la división de poderes entre Legislativo y Ejecutivo o asume un sistema mixto.

Podría también concretar la región metropolitana, agilizando la libre relación entre municipios para cuestiones como el transporte o la basura, temas en los que actualmente debe intervenir sí o sí el gobierno provincial.

Hoy por hoy, la única ciudad que goza de una autonomía plena en el país es Buenos Aires, pero si se trata de "grados de autonomía" muchas otras también la tienen. Las únicas provincias que aún no otorgaron esta facultad a sus municipios son Santa Fe, Entre Ríos, Tucumán y Mendoza.

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En la Gobernación hay acuerdo para que la ciudad tenga autonomía política.

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