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 sábado, 03 de enero de 2004

Los costos frenan las demandas contra subsidios agropecuarios
La caída de la cláusula de paz obligará a depurar los reclamos de sectores agroalimentarios

Sandra Cicaré / La Capital

La batalla contra el proteccionismo agrícola arrancó con ventaja el 2004. El miércoles venció la denominada cláusula de paz de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y a partir de ahora los subsidios por más de 300 mil millones de dólares anuales que aplican Estados Unidos, la Unión Europea y Japón a su producción podrán ser objeto de demandas por parte de países que no aplican ese tipo de recursos, como la Argentina.

Para el director del Instituto de Negociaciones Agrícolas Internacionales, Ernesto Liboreiro, si bien la medida abre un inigualable beneficio para los sectores y países afectados por las prácticas proteccionistas, también permitirá una "depuración" de los reclamos que dejará conocer quiénes son los realmente perjudicados.

Sucede que el vencimiento de la denominada cláusula de paz -cuyo nombre correcto es cláusula de debida moderación- habilita a los países que se sientan agredidos por los subsidios a demandar a quienes lo apliquen y para ello sólo deberán demostrar el daño.

Hasta ahora, y desde el año 1986 cuando se firmó esta cláusula contenida en el acuerdo de la Ronda Uruguay del Gatt, "los países que se sentían perjudicados debían probar jurídicamente el incumplimiento del compromiso asumido por el agresor y además demostrar los daños", explicó Liboreiro.

De todos modos, el hecho de que el trámite se simplifique, puesto que sólo se debe probar el daño, no implica que esto sea fácil y accesible.

En realidad, se trata de un mecanismo que exigirá inversión de los sectores privados que se sientan afectados, ya que demandará el trabajo de equipos técnicos y económicos para probar el daño.

Aunque, en rigor la demanda sólo puede encararla el Estado y no los particulares, por la escasez de recursos tanto económicos como técnicos, en los hechos los privados deberán costear el trámite.

"Allí vamos a ver claramente, entre todos los sectores que protestan contra los subsidios, quienes están dispuestos a pagar los costos de una demanda que puede tener beneficios a futuro pero costos inmediatos", explicó Liboreiro.

"Mi percepción es que muchos de los que protestan van a desaparecer", agregó el especialista, al considerar que "para quienes tienen dudas sobre el perjuicio real del subsidio, se terminó el tiempo de gritar".


Dos décadas de subsidios
Durante los 18 años que pasaron desde el acuerdo en la Ronda Uruguay, las reglas de la OMC permitieron a las potencias mundiales otorgar fondos a sus granjeros a razón de unos 1000 millones de dólares por día, mientras los países del tercer mundo se vieron impedidos de aplicar políticas similares a sus industrias.

De la misma forma, los subsidios agrícolas establecieron una competencia desleal al provocar bajas artificiales de precios de los alimentos a nivel mundial, afectando a las economías en desarrollo.

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, destacó en diciembre pasado, durante un seminario sobre calidad de alimentos que "cuando finalice la cláusula de paz el país debe estar dispuesto a usar ese elemento (el de los reclamos comerciales) a fondo, si no hay avance en las políticas agrícolas".

El 50 por ciento de las exportaciones argentinas son de origen agropecuario, por lo cual el país sufre los efectos distorsivos de los estímulos artificiales que utilizan las naciones del primer mundo.

Para Liboreiro, en la Argentina, los sectores de oleaginosas y cereales seguramente serán demandantes contra los subsidios. "Están francamente agraviados", dijo el especialista.

En cambio, señaló que "hay otros sectores que por temor a perder algunas ventajas que tienen a través de acuerdos con otros países no demandarán".

"Hay mucha diversidad, pero el Estado prestará atención a aquellos que puedan demostrar el daño, porque se pone en riesgo su credibilidad", dijo Liboreiro.

Las actuales regulaciones de la OMC contemplan la posibilidad de subsidios a través de lo que se denominó caja verde, una lista de ayudas que se considera no distorsiona los precios.

En cambio, en la denominada caja azul se colocaron subsidios que afectan a los mercados, como el caso de pagos directos a productores por ampliar superficies de cultivo o producir más.

La caja azul quedó bajo el amparo de la cláusula de paz hasta 2003 impuesta por la entonces Comunidad Europea, en la creencia que hacia 2004 ya iba a haber un nuevo acuerdo en la OMC .

La realidad, a partir de la cumbre ministerial de Cancún, indicó que no hubo acuerdo para una nueva OMC, de modo que 2004 dará el comienzo a un nuevo escenario del comercio mundial.

Datos de la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señalan que el monto de los subsidios al agro son en promedio, un 40 por ciento mayor que los ingresos de los agricultores en estos países.

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Ernesto Liboreiro, titular del Instituto de Negociaciones Agrícolas Internacionales.

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