Comidas del mundo: Arroz del carretero en Uruguay

Enrique Andreini / La Capital

Para nosotros, Montevideo, es un barrio más de Buenos Aires con vista al mar y una amplia y variada propuesta gastronómica. Uruguay y Argentina constituyen no sólo una unidad geográfica sino también histórica y cultural.

La fuerte inmigración europea, mayoritariamente italiana y española con el aporte de otras regiones del mundo, aportó su gastronomía rica y variada otorgando a la misma un carácter eminentemente cosmopolita.

Al igual que nuestro país, la fuerte influencia ganadera determinó que la carne a la parrilla se transformara en el plato típico de ambas regiones.

Sin embargo, una comida tradicional de Uruguay y del estado de Río Grande Do Sul, no difundida en nuestro país, y que nace como una posibilidad de variar la alimentación de las caravanas de carretas durante las largas travesías, es el "arroz del carretero" el que en su forma más clásica está compuesto únicamente por dos ingredientes que se pueden conservar largo tiempo: el arroz y el charque (carne salada y secada al sol) y un poco de agua. Suficiente para cocinar un guiso reparador.

Hoy, la cocina oriental se despliega para el visitante en pequeños y coquetos restaurantes que dan rienda suelta a una gastronomía que sabe apreciar por igual a los frutos del mar como a la típica parrilla oriental, todo regado por el reconocido medio y medio, mezcla de vino blanco muy seco y moscato que acompaña a la perfección contundentes sandwiches de miga con berberechos, apio y queso parmesano picantón con una vinagreta con mucho perejil y huevos duros.

También podemos compartir el generoso y reconocido chivito a la usanza uruguaya, o el chivito canadiense, un bifecito muy fino de lomo que es cocido sobre una plancha, al que se le agrega una rodaja de jamón con una de muzzarella arriba y unas láminas de panceta. Las mesas en la vereda del Mercado del Puerto de Montevideo son el lugar obligado de los sábados al mediodía para los aficionados a la buena mesa, lugar donde los aromas de mariscos y pescados invitan a disfrutarlos.

Las noches se transforman en los patios de los restaurantes con jardines de perfumes intensos y árboles añosos cubriendo la mesa. El placer está al alcance de su mano.