| domingo, 21 de diciembre de 2003 | Exposición Victoria Ocampo, las pasiones al descubierto Se inauguró en Buenos Aires, paradójicamente en el Centro Cultural Borges, una muestra sobre la escritora a 25 años de su fallecimiento El Centro Cultural Borges de Buenos Aires inauguró el jueves una muestra sobre la vida y obra de la escritora Victoria Ocampo (1890-1979), para conmemorar el 25 aniversario de su deceso, que además de la exhibición de objetos comprenderá la presentación de un libro sobre su figura escrito por Patricio Lóizaga.
Bajo el título de "Pasiones y conflictos", la exposición se propone confrontar los distintos mitos que circulan sobre la escritora a partir de un minucioso conjunto que incluye casi un centenar de fotografías, algunas inéditas y otras tomadas por artistas como Man Ray y Giselle Freund.
También se expondrán primeras ediciones de sus casi cuarenta libros, cartas manuscritas y más de 150 objetos, como sus ya legendarios anteojos oscuros de armazón blanco.
La exhibición, que permanecerá abierta hasta marzo y podrá ser visitada todos los días de 10 a 21, se abre con los testimonios de 25 escritores argentinos que reflexionan sobre el aporte de Victoria Ocampo al pensamiento nacional. Entre las figuras que aportaron su testimonio se encuentran Beatriz Sarlo, Santiago Kovadloff, Osvaldo Soriano, Ezequiel Martínez Estrada, Olga Orozco, Isidoro Blaisten, Enrique Pezzoni y Héctor Bianciotti, entre otros.
Un segmento destacado de la muestra será el que refleja la compleja relación que la fundadora de Sur mantuvo con Jorge Luis Borges, quien llegó a decir de ella, maliciosamente, "Victoria es una acumulación de nombres importantes".
La exposición fue organizada por Ediciones Larivière y la selección del material estuvo a cargo de Lóizaga, autor a su vez del libro "Victoria Ocampo", un recorrido por algunos hitos de la vida de Victoria: sus amores prohibidos, su correspondencia, su producción intelectual y el testimonio de quienes la conocieron.
El carácter testimonial, lo autobiográfico, lo fragmentario, definen la obra de Victoria Ocampo, quien se distinguió por nuclear a grandes escritores argentinos y extranjeros, y difundir sus trabajos desde la visión de una América que ella misma definió como "sin refinar, inculta, informe y caótica".
La educación que recibió en su niñez, marcada por sus viajes a Europa y el linaje de su familia, ligado a los fundadores de la patria, fueron el sustrato de una vocación orientada a difundir en la Argentina la cultura europea.
Su impronta personal estableció un contrapunto con la literatura surgida de otros sectores mayoritarios y populares, aunque toda una vertiente de la literatura argentina se expresó en las páginas de la revista Sur bajo el único requisito de la calidad literaria.
Victoria fue más una editora que una escritora y su punto de vista autorreferencial se extiende a sus testimonios, escritos desde 1924 a 1979.
"El solo sujeto (en la doble acepción del término) de que realmente puedo hablar y en nombre del cual me permito hablar con algún derecho y algún conocimiento de causa soy yo misma. O mejor dicho, son mis propias experiencias que no sé disfrazar de ficción. Que resulte o no interesante es harina de otro costal. Habría deseado escribir novelas. Pero ese no era mi sino", aseguró alguna vez de sí misma.
La irrupción en su vida de José Ortega y Gasset, Rabindranath Tagore, el Conde Keyserling y Waldo Frank fue decisiva. Este último quien lanzó junto a Mallea la idea de la revista Sur.
La publicación, que irrumpió en el ámbito cultural argentino en 1931, cuando ya se había apagado el furor vanguardista de la década del 20, reflejó el rol civilizador de una elite intelectual, dio cabida a autores de distintas tendencias ideológicas e incluyó en sus páginas los mejores textos literarios de Argentina y Europa. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Ocampo dejó un legado cultural único en el país. | | |