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 sábado, 20 de diciembre de 2003

La artista presenta el show "Acústica" esta noche, a las 22, en La Casa
Claudia Puyó: "Nunca canté para ser famosa, la reina de la fiesta es la música"
Se lamentó del negocio que rodea al rock y de los prejuicios de los fans bluseros hacia las mujeres

Pedro Squillaci / La Capital

"Nunca canté para ser famosa o comprarme una Ferrari Testa Rossa. Yo amo cantar, para mí la reina de la fiesta es la música". Casi como una declaración de principios, Claudia Puyó no anda con medias tintas a la hora de expresarse sobre el rock. Para cantar cuatro frescas y algo más llegará hoy, a las 22, a La Casa, Mendoza 862, para presentar su show "Acústica", donde actuará acompañada por Facundo López Burgos (guitarra), Ricardo Maril (teclados) y Dardo Ruiz Díaz (armónica).

Puyó es una de esas voces personales. Impone presencia con sus matices interpretativos, sabe darle el color exacto a una balada y también le pone actitud a un buen blues. Hace más de 20 años que está codeándose con las primeras figuras del rock. Cantó en "Gulp" junto a Patricio Rey y los Redonditos de Ricota y también en "El amor después del amor", de Fito Páez, nada menos que el disco más vendido del rock argentino. Es una digna representante del palo blusero: "Dicen que canto como Janis Joplin".

-¿Qué venís a presentar a Rosario?

-Es un acústico con material de los tres discos. "La razón y la tempestad" ya lo presenté en la Lavardén con la banda y ahora voy sin batería y bajo, es como cool, ¿no?

-¿Estás elaborando un trabajo nuevo?

-En realidad, "La razón y la tempestad" es bastante nuevo, salió a fines de 2002. Tengo mucho material para grabar, pero quiero ver si se puede mover un poquito más la cosa con este CD. Lo que pasa es que las producciones independientes siempre cuesta que te las difundan.

-¿Por qué no se escucha en las radios, pese a que hay temas con destino de hit?

-Es que si no hay dinero no pasa nada, pese a que dejé 400 discos en las radios. Ahora si no pagás, fuiste. Antes había un poco más de romanticismo, que cada día muere más. No en nosotros, no en mí, pero sí en el entorno y el negocio. La vida pierde romanticismo y es bastante triste.

-En tu carrera tocaste con un montón de próceres que...

- (Interrumpe) Próceres suena como de mármol.

-No es para tanto. Pero después de tocar con quienes tuvieron su parte de historia en el rock argentino como Los Redonditos de Ricota o Fito Páez, entre otros. ¿En qué momento de tu carrera te ves posicionada ahora?

-Yo siempre me vi igual. A mí me gusta la música. Para mí la reina de la fiesta es la música y no los músicos. Yo siempre laburé por amor a la música y no para ser famosa y comprarme una Ferrari Testa Rossa. Después vas descubriendo nuevos estilos, canciones que tenés adentro porque nunca hiciste. Y no sé, para mí la música es como una constante no es una cosa que espero más o menos. Yo siento que siempre me da lo que necesito. Uno puede esperar más o menos de la sociedad, pero a mí la sociedad cada día me gusta menos y me siento cada vez más inadaptada.

-¿Qué pasa cuando no se puede comer con la música?

-Y bueno, eso no me lo da la música. Uno no puede vivir de la música, porque en este país o tenés que ser un mediocre como algunos músicos de este país, por llamarlos de una manera, o no sé, cantar en "Operación Triunfo". El negocio es cualquier cosa, algunos por estar en un culebrón por la tele se creen que son Gardel, qué se yo.

-¿En qué palo te sentís identificada?

-Yo soy del rock and roll, del blues, vengo del rock del oeste, de Ramos Mejía, donde nací. El primer disco de Frank Zappa lo escuché a los 10 años, pero la música clásica me abrió la cabeza. De todos modos, yo siempre fui un rocker en miniatura, aunque nunca canté con ruleros frente al espejo. Lo que te puedo asegurar es que amaba cantar, pero nunca pensé que la música sería mi profesión, pensé que iba a ser médica o astrónoma.

-¿Hay prejuicios de la gente para que las mujeres del rock se impongan como solistas en este país?

-Es una cosa de este país. Una vez en un concierto de blues, que tocaba Memphis, la Mississippi y yo, que abría, un grupo de fans de Memphis me empezó a tirar de todo. Yo paré y dije: "No sabía que los hombres que escuchaban blues eran tan putos". Después me tiraron peor, pero cuando bajé del escenario los mismos que me agredieron me dijeron "qué huevos que tenés". ¿Entonces hay que tener huevos para cantar blues? Yo creo que es una época de idiosincrasia argentina. No pasa en la bailanta ni en el folclore, sólo pasa en el rock y el blues. Es muy raro, pero no me interesa demasiado. A mí me interesa cantar.

-¿En qué momento ves al rock nacional, que va de El Otro Yo a Bersuit, de La 25 a Babasónicos, pasando por Los Piojos y La Renga?

-Mirá hay mucho boludeo, mucho disfrazarse, mucha estética, y la música pasó a ser secundaria. El escenario argentino abunda en cantidad y no en calidad.

-¿Cuando hacés coros para otros cantantes lo disfrutás o sufrís porque no podés cantar todo lo que podés?

-En realidad uno se saca un poco la responsabilidad de pilotearla sola. Yo con Fito entré para hacer "Ciudad de pobres corazones" y al final me quedé, pero no soy corista. A mí me gusta cantar en función de la música, y respetando lo que hace el otro y lo que esa música requiere. No me interesa mostrarme, sino ocupar el lugar que me toca en busca de un buen resultado final.

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Puyó hará temas propios y algunos covers.

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