| miércoles, 17 de diciembre de 2003 | Dos caminos: el técnico cambia o cambian al técnico Sergio Faletto / La Capital El hombre termina preso de sus palabras. Y esto le sucedió a Héctor Rodolfo Veira. Con refuerzos de jerarquía armó el "súper Newell's". A principios del Apertura el objetivo era "el título". Con el devenir de algunos resultados el equipo iba "a la caza de Boca". Después la realidad fue socavando las ambiciones. El subcampeonato representaba una motivación. Pero no pudo ser. El tercer lugar aparecía como una ubicación digna. Pero tampoco fue. El saldo de la campaña ubicó al conjunto del Parque en el sexto escalón. Detrás de Boca, San Lorenzo, Banfield, Quilmes y Central. Con todo lo que esto implica. Fueron 29 puntos. Una cifra que tampoco garantiza una futura clasificación a los torneos internacionales.
Entonces las victorias ante River y Boca se fueron devaluando con empates y derrotas ante adversarios de menor cuantía. Y la síntesis se tiñó de insatisfacción. Sensación que no pudo disimularse ni con la mejor ocurrencia verbal del experimentado Bambino, porque el fútbol actual se sustenta con trabajo y resultados, contexto en el que la motivación tiene un porcentaje menor.
Es que Newell's tuvo sólo ráfagas de muy buen juego colectivo, que fueron importantes, pero insuficientes, porque la mayor virtud rojinegra radicó en las individualidades, entre las que sobresalieron Palos, Ruiz, Aguirre, Rosada, Patiño y Vásquez.
Cuesta entender porqué Newell's no pudo mantener el rendimiento alcanzado frente a River, quizás el pico más alto en el funcionamiento durante el torneo y que se produjo en la tercera fecha. Es difícil de comprender la ausencia de variantes tácticas para encontrar los distintos caminos hacia el triunfo. Como así la sistematización de un juego que careció de sorpresas.
Es que no hace falta hacer una evaluación pormenorizada del plantel para darse cuenta que existen los recursos necesarios para que Newell's en un futuro inmediato alcance la meta deseada. Sólo es cuestión de organizarlos para una mejor productividad. Porque en definitiva el fútbol es el trabajo cooperativo, con marcado liderazgo y máxima responsabilidad.
Más allá de la diversidad de opiniones en torno al rendimiento rojinegro, el espejo devuelve con nitidez la certeza de que Newell's no alcanzó los objetivos propuestos, y cuando esto sucede no quedan muchas posibilidades: el técnico cambia o se cambia el técnico. enviar nota por e-mail | | |