Un escolta con argumentos y sorpresivo a la vez

El equipo de Russo mira desde arribaa todos menos al Boca de Bianchi

Si bien lo había anticipado su técnico tras la victoria ante Rafaela, no parecía sencillo, pero sumando de a tres puntos cuando el resto lo hace de a uno, o directamente no lo hace, es evidente que se puede. Por eso, hoy Central está segundo. Sí, cuando casi nadie lo tenía en cuenta dio el paso adelante y quedó a dos puntos de Boca, claro que con un partido más que el líder. Quizá sin el juego que a la mayoría les gustaría o porque los números cerraron así la 8ª fecha. Como sea, pero hoy es el sorpresivo escolta.

"No estamos de paso en el torneo", fueron las palabras de Russo a los periodistas tras el triunfo ante los rafaelinos y sonaron más a aliento para jugadores e hinchas por una victoria que dejó atrás a esos dos puntos que se habían escapado en el minuto final en la fecha anterior ante Talleres.

Sin embargo, la victoria propia ante Chicago, la derrota de los primos de Newell's a manos de los ex amigos de San Lorenzo, la caída del rojo en su cancha ante Colón y el segundo empate consecutivo de Boca hicieron posible trepar al segundo escalón de la escalera que lleva a la cima del Apertura.

Claro, no le será sencillo defender su ubicación, porque la próxima fecha tendrá a un rival complicado como el Estudiantes de Bilardo y después llegará el partido de la ciudad, en tierra rojinegra.

Así y todo, porqué no atreverse. Despacio, reconociendo virtudes y defectos, corrigiendo.

¿Corregir qué? Nadie mejor que el técnico y los jugadores para resolverlo, pero se debe tener en cuenta que Ezequiel González está muy lejos de su buen nivel, demasiado; que Papa y Ferrari no tienen clausurados los laterales; que Messera ayuda a contener pero no explota adelante y que Belloso tiene más empeño que valía.

Pero claro, Vitamina está muy bien con la pelota, Carbonari sigue firme atrás, Gaona responde y ahora apareció Herrera, el goleador que con tres conquistas le dio los últimos 6 puntos a este sorpresivo Central escolta. Y además está la gente. El incondicional canalla que se ilusiona con el presente y sueña con el futuro. Como lo hizo ayer en la cálida tarde de Mataderos.